El Papa Francisco lanzó ayer una denuncia hacia el actual sistema económico, que tiene como elemento central el dinero, y aseguró que sin trabajo no hay dignidad para las personas.

El pontífice viajó a la isla de italiana de Cerdeña y en su capital, Cagliari, pronunció un emotivo discurso en el que puso dignidad y trabajo en el mismo plano.

En su primer viaje por Italia fuera de Roma, en julio pasado a la isla de Lampedusa, el Papa Bergoglio habló del drama de la inmigración, y en el de ayer a Cerdeña, región duramente golpeada por la crisis económica, se centró en el paro como tema.

Su visita comenzó con un encuentro en el paseo marítimo de Cagliari con sardos anónimos y allí escuchó los testimonios de un parado, un pastor y una empresaria. Francisco tenía preparado un discurso pero improvisó de un modo que hasta hizo llorar a algunos de los presentes, que gritaron: “Trabajo, trabajo”.

El religioso argentino añadió que “es difícil tener dignidad sin trabajar. El trabajo es dignidad, llevar el pan a casa y amar”.

En este contexto, el Papa denunció el sistema económico globalizado que, a su juicio, ha llevado al mundo a esta situación. “Vivimos la consecuencia de una decisión mundial, de un sistema económico que lleva a esta tragedia. Un sistema que tiene en el centro un ídolo que se llama dinero”, y criticó la falta de oportunidades para los jóvenes. H