La sentencia del Prestige, que ha dejado impune y sin responsables la mayor catástrofe ecológica de los últimos años, no ha gustado a nadie. Y a pesar de que durante las primeras horas del miércoles algunos miembros del Gobierno sacaron pecho dando por hecho que las cosas se hicieron bien hace 11 años, el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo (PP), puso ayer un poco de sentido común advirtiendo de que el fallo de los tres magistrados ha causado una gran “decepción” entre la ciudadanía gallega y española porque al no haber responsables de esa gran catástrofe, nadie asumirá el coste económico de sus consecuencias.

Nadie entiende lo que ha pasado, ni los criterios de los magistrados para entender que aquello que se hizo estuvo bien hecho. El tribunal absolvió a los tres acusados. De los tres sostiene que ninguno era consciente de los fallos estructurales del barco.

¿Y ahora qué? El fiscal Álvaro García Ortiz está estudiando detalladamente la sentencia para determinar si cabe o no recurso.

La asociación ecologista Arco Iris y Nunca Máis, presentes en el proceso, sí presentarán recurso de casación ante el Tribunal Supremo. Y los afectados que en su día no cobraron las indemnizaciones pueden ya solicitar la parte que les corresponde a cargo del Fondo Internacional de Daños. H