Los astrónomos aguardan expectantes la evolución del cometa ISON en su anunciado acercamiento al Sol, un proceso que podría concluir este jueves con dos finales muy diferentes: o bien desaparece por completo o bien se convierte en un objeto fácilmente observable en los próximos días. Algunos de los mejores telescopios terrestres y sondas como la Soho y la Stereo han fijado sus objetivos para seguir la trayectoria.

La máxima aproximación al Sol o perihelio se producirá exactamente a las 19.25, hora española, momento en que cual el cometa soportará temperaturas de hasta 4.000 grados y una presión enorme debida al campo gravitatorio solar, "aunque muy posiblemente no se podrá conocer cuál fue su destino hasta mañana", explica Pablo Santos, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), centro del CSIC en Granada. Es posible incluso que ya se haya fragmentado.

En el momento de mayor acercamiento el ISON se situará a 1,7 millones de kilómetros del Sol, una distancia escasa en términos astronómicos que equivale a 2,7 veces el radio del astro. No obstante, como el cometa transita muy rápido, a unos 350 kilómetros por segundo, y tiene un diámetro notable, de entre 1 y 4 kilómetros, la NASA confía en que sobreviva al proceso aunque sea perdiendo parte de su tamaño.

Santos descarta que se vaya a producir una explosión repentina. Lo que se sí ha observado estos días es un aumento del brillo debido a la sublimación del hielo debido al calor, prosigue el especialista del IAA. Ya ha alcanzado una magnitud de -1, solo reservada para los objetos más brillantes.

Bola de hielo y piedras

El ISON, una gran bola de hielo y piedras procedente de los confines más alejados del Sistema Solar, ha merecido un gran interés entre profesionales y aficionados desde que dos astrónomos rusos lo descubrieran a finales del año pasado. De hecho, la NASA lo ha calificado como el cometa "más observado de la historia".

El cometa destaca por varios aspectos. Uno esencial es que nunca se ha acercado al Sol, por lo que se considera que conserva los hielos primordiales de su formación hace millones de años. Otro es que tiene una órbita tan excéntrica -tan abierta- que muy probablemente nunca volverá a pasar por las cercanías de la Tierra.

Formación y expulsión

El ISON procede previsiblemente de la nube de Oort, una región muy lejana en la que surgen buena parte de los cometas de larga órbita, y desde allí salió expulsado hace unos 5,5 millones de años debido la intensa atracción gravitatoria del Sol.

Si el cometa sobrevive a las temperaturas, suficientes como para vaporizar tanto el hielo como el polvo y la roca, se convertiría en un objeto visible a simple vista con un momento culminante a mediados de diciembre, cuando pasará a 64 millones de kilómetros de la Tierra.

"Vamos a saber mucho acerca de los componentes de este cometa y, por lo tanto, vamos a saber mucho acerca del origen del Sistema Solar", ha indicado Don Yeomans, especialista de la NASA.