El encuentro entre Camarón de la Isla (San Fernando, 1950-Badalona, 1992) y Paco de Lucía marcó uno de los grandes giros e hitos en la historia del flamenco. Publicaron una decena de discos para la posteridad, rompieron con la ortodoxia mairenista de la época y lograron que los jóvenes y que un público ajeno al género se interesaran por sus genialidades. Los dos mitos del flamenco moderno se unieron en el tiempo para acrecentar sus leyendas.

El compositor y arreglista Joan Albert Amargós tuvo oportunidad de trabajar con ambos. Y ayer recordó lo mucho que se admiraban mutuamente. “No hay nadie como Camarón, me decía Paco”.

La alianza Paco de Lucía-Camarón duró diez intensos años (entre 1967 y 1977). La época dorada del flamenco. Cuando el jondo se globalizó. Y muchos se apropiaron de sus ritmos, como símbolo de una música de raíz que fluye como el agua. Como símbolo de pasión. El tocaor explicó así el motivo del éxito que cosecharon juntos: “Mi sueño siempre fue ser cantaor, mientras que el de Camarón fue ser guitarrista”. Juntos supieron sacar lo mejor del otro.

El reclamado percusionista Tino di Geraldo, que también conoció a los dos, explica que se introdujo en el flamenco con Diego Carrasco y luego con Manolo Sanlúcar. “No sabía ni qué era una bulería cuando empecé a grabar flamenco. No creo que se pueda igualar este dúo. Superar ese nivel, ese carisma, es imposible. A lo mejor surge alguien que se aproxime. Pero son un techo”, aseguró ayer el músico, que participó en el superventas Soy gitano.

Formaron un tándem que ni siquiera el triste episodio que propició el conflicto de los derechos de autor (tras la muerte del añorado cantaor) pudo ensombrecer. “Cuando se murió Camarón me fui. He estado dos meses pensando en él cada día, sufriendo y con una tristeza inmensa”, explicó De Lucía en 1992, después de suspender su gira. Entre la pena y la sacudida, alivia imaginarse el feliz reencuentro de estos grandes genios del flamenco. H