No se ha podido decir ni más alto ni más claro. "No a la ley Lasalle" ha sido el grito de guerra que el sector cultural ha lanzando en un abarrotado Teatro Fernando de Rojas, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Artistas, productores, y autores han reclamado al Gobierno, una vez más, que paralice la ley que lleva el apellido del secretario de Estado de Cultura, José María LaSalle, y que actualmente está en tramitación parlamentaria.

La comunidad cultural opina que el texto tiene dos puntos negros. El primero es que se mantiene la desaparición de la compensación por copia privada (antiguo canon digital, suprimido en el 2011), un dinero que se paga ahora (o, por lo menos, se debería pagar) a través de los presupuestos generales del Estado. Para la comunidad creativa se trata de un gravísimo error que solo favorece a la industria técnológica, que ha dejado de pagar ese canon mientras que no ha bajado el precio de sus productores. El otro punto negro de la futura normativa es el "intervencionismo" que, en opinión del mundo cultural, mantendrá el Gobierno en las entidades de gestión, que recibirán sanciones en caso de saltarse la norma y deberán organizarse en una fundación para organizar una especie de ventanilla única para que hosteleros, peluqueros y otros colectivos paguen los derechos de autor.

Con la presencia de actrices como Pilar Bardem y Vicky peña, productores como Enrique Cerezo, cineastas como Benito Zambrano y compositores como Luis Cobos, los representantes del mundo de la cultura exigieron también al Ejecutivo de Rajoy que reflexione y baje, de una vez por todas, el IVA cultural, que actualmente está en el 21%. También pidieron una lucha "más efectiva" contra la piratería y el expolio del "todo gratis" en internet. "La verdadera marca España es la cultura. Es un sector en el que trabajamos medio millón de personas y que contribuye con un 3% al PIB", sentenció José Luis Acosta, presidente de la SGAE