La principal característica de las células que forman un cáncer es su inmortalidad, una cualidad que escapa a la acción de algunas terapias oncológicas y que facilita el crecimiento imparable e invasor del tumor. El fenómeno, objeto de numerosas investigaciones, se produce en los telómeros, las partículas que, en las células sanas, cubren de forma incompleta los extremos de cada cromosoma propiciando que este deje de replicarse, para facilitar la muerte y renovación celular. Esto no sucede en las células tumorales.

Una de las seis proteínas que componen los telómeros, y que permiten producir la enzima telomerasa -que interviene en los procesos de envejecimiento-, ha sido objeto de estudio por parte de investigadoras del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), que han conseguido revertir la inmortalidad de los telómeros protectores de células cancerosas que previamente habían inducido en ratones. Los roedores fueron manipulados para que desarrollarán un agresivo cáncer pulmonar.

El trabajo, publicado en la revista científica EMBO Molecular Medicine, demostró que el bloqueo de un gen esencial para la función de los telémeros TRF1 induce rápidas mejoras en los ratones enfermos de cáncer de pulmón. La investigación la ha realizado el grupo de oncología experimental del CNIO, que integran María García-Beccaria, Paula Martínez y Marinela Méndez, bajo la coordinación de María Blasco.

FÁRMACOS // El paso siguiente será diseñar fármacos que ataquen específicamente a una de las proteínas de los telémeros, las llamadas proteínas shelterinas, -del inglés shelter, o protección-, un objetivo que, advirtió Blasco, deberá eliminar la alta toxicidad que se produce al avanzar en esa dirección, según constataron en estudios previos. “Nadie había explorado hasta ahora la idea de utilizar una de las shelterinas como diana contra el cáncer -explicó Blasco-. A la dificultad de hallar fármacos que afecten a la unión de proteínas con el ADN se sumaba el riesgo de que estos fueran muy tóxicos”. El trabajo del CNIO ha demostrado que la toxicidad generada mientras cesa el crecimiento del tumor es tolerada por los ratones. Ahora buscan socios en la industria farmacéutica para proseguir hacia estadios más avanzados. H