El fondo social de viviendas (FSV) que el Gobierno creó en enero del 2013 para acoger a las familias que habían perdido su casa tras la oleada de desahucios por la crisis económica del 2008 tendrá en breve casi 10.000 pisos, 3.974 más que cuando se constituyó. A las viviendas, que aportan 29 entidades financieras, podrán optar nuevos colectivos, como parejas sin hijos, mayores de 60 años y deudores no hipotecarios, que hasta ahora quedaban excluidos del proceso para ocupar un piso por alquileres de entre 150 y 400 euros al mes durante dos años.

El FSV arrancó con la promesa de cubrir las necesidades de las familias que hubieran sido desalojadas de sus casas por impago de la hipoteca después de enero del 2008, además de cumplir una serie de requisitos que las entidades sociales consideraban excesivos. El Gobierno fue ampliando los requisitos pero mantiene que los ingresos familiares máximos no pueden exceder los 19.000 euros anuales, que habían de tener menores a su cargo o algún miembro con un grado de dependencia, parados sin subsidio, jubilados que hubieran avalado a sus hijos y hubieran perdido su vivienda o casos de víctimas de la violencia machista. Y ninguno de la familia podía tener una vivienda.

La nueva ampliación de requisitos incluirá ahora, aunque solo para cubrir el 5% de las solicitudes, a personas desalojadas de sus casas por préstamos no hipotecarios pero que cumplan cualquiera de los anteriores requisitos más los dos nuevos de ser pareja de hecho o matrimonio sin hijos o mayores de 60 años.

El FSV forma parte de las medidas adoptadas por el Ministerio de Economía, que dirige Luis de Guindos, para hacer frente a los desahucios y que se han tenido que prorrogar sin excepción desde el momento de su aprobación. H