Los sismógrafos no sólo detectan terremotos sino que también vibran por tormentas o crecidas de ríos que se producen muy lejos de donde están instalados, como lo hizo el sismógrafo instalado en Canfranc (Huesca), que en octubre de 2012 registró el huracán Sandy que afectó a Nueva York.

El sismólogo del Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera (ICTJA-CSIC), Jordi Díaz, ha investigado en un estudio, que ha publicado la revista "Earth-Science Reviews", el origen de las vibraciones registradas por el sismómetro del Laboratorio Subterráneo de Canfranc, instalado en el corazón del Pirineo oscense.

El estudio ha concluido que el sensor detectó las ondas sísmicas generadas por la energía de las olas del huracán Sandy una vez se transfirieron al fondo oceánico, lo que quedó registrado en la señal de fondo del sismómetro instalado en el Laboratorio Subterráneo de Canfranc (LSC).

Díaz ha explicado que "las tormentas y los huracanes en alta mar generan olas y parte de esa energía se transfiere al fondo marino y se transforma en una señal sísmica que puede ser detectada por los sismómetros en tierra".

Una crecida del río Aragón, el tráfico en las inmediaciones del LSC o las mareas terrestres son, además del huracán Sandy, algunos de los fenómenos que el investigador del ICTJA-CSIC ha identificado como origen de las vibraciones registradas por el sismómetro de Canfranc durante un periodo de dos semanas del mes de octubre del 2012.

El hecho de que cada proceso genere unas vibraciones de frecuencias distintas permite a los investigadores determinar su origen.

El investigador ha recordado que "en los sismogramas actuales somos capaces de encontrar mucha más información que antes se desechaba porque se consideraba ruido".

Según Díaz, "en la estación de Canfranc, por ejemplo, registramos claramente las vibraciones que genera el aumento del caudal del río Aragón después de fuertes tormentas, por lo que el sismómetro puede utilizarse para vigilar las crecidas del río".

"El análisis de todo el espectro de frecuencias de la señal sísmica nos permite enlazar la sismología con otras disciplinas, como la meteorología, la hidrología o incluso la investigación sobre el cambio climático", ha concluido Díaz.