La ciudad de Nueva Orleans, en Estados Unidos, ha comenzado a desmantelar los monumentos que hacen referencia a lasupremacía blanca. El primero ha sido el obelisco de granito situado en Liberty Place, desmantelado por trabajadores municipales con chaleco antibalas que escondían su rostro por miedo a las represalias.

El obelisco, que rendía homenaje a los blancos que intentaron derrocar el gobierno birracial instalado en Nueva Orleans después de la Guerra Civil, ha sido desmontado a primera hora de la mañana para evitar la interrupción de los partidarios de estos monumentos. “La estatua fue puesta para honrar el asesinato de oficiales de policía por los supremacistas blancos”, ha recordado el alcalde Mitch Landrieu, un demócrata blanco en una ciudad con mayoría negra.

En los próximos días, el ayuntamiento también eliminará tres estatuas dedicadas a los confederados Robert E. Lee, P.G.T. Beauregard y el presidente Jefferson Davis. “Ya no permitiremos que la Confederación sea colocada literalmente en un pedestal en el corazón de nuestra ciudad”, ha prometido el alcalde.

En Estados Unidos, el debate sobre los símbolos confederados volvió a la actualidad en el 2015, cuando un racista asesinó a tiros a nueve feligreses negros en una iglesia de Charleston, Carolina del Sur.