El conflicto de los vigilantes del aeropuerto de El Prat aún tiene que dar los últimos coletazos. La asamblea de trabajadores de Eulen acordó ayer desconvocar la huelga prevista para el viernes para protestar contra las represalias de la empresa, pero al mismo tiempo decidió convocar nuevos paros a partir del 6 de octubre. El objetivo es denunciar el empeoramiento de sus condiciones laborales tras el laudo del Gobierno.

El asesor del comité de huelga, Juan Carlos Giménez, denunció que las mujeres siguen teniendo problemas para poder ir al baño o para hacer pausas para comer durante su turno. La cuestión es que no se está incorporando el quinto vigilante por hilo a que obliga el laudo porque Eulen no tiene suficientes trabajadores.

A esto hay que sumar la «presión» que reciben los vigilantes por parte de los «mandos intermedios» de la firma en El Prat, que utilizan a la Guardia Civil para ejercer un mayor control sobre los trabajadores. «Ha pasado que cuando una persona que no podía más ha dejado su puesto para ir al baño, una responsable de Eulen le ha dicho a la Guardia Civil que le denuncie por abandono del puesto de trabajo», aseguró Giménez, que tachó de «inhumano» el trato a los vigilantes.

La asamblea, a la que asistieron 115 trabajadores, rechazó por unanimidad el laudo impuesto por el Ejecutivo contra el que ya han presentado un recurso ante el Tribunal Supremo.