La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Ripoll ha enviado a juicio a las cuatro monitoras-socorristas y al director de la piscina por la muerte de una niña de 4 años durante un cursillo de natación en mayo del 2017. La pequeña cursaba P4 en la escuela Pirineus de Campdevànol y estaba con sus compañeros de clase.

La jueza ve indicios de homicidio por imprudencia grave porque aquel día no había "personal haciendo funciones de socorrista ni en la piscina pequeña ni en la grande", según el auto al que ha tenido acceso la agencia ACN.

También destaca que "ninguno" de los monitores ni profesores se dieron cuenta de que la pequeña no estaba con el resto del grupo hasta que vieron su albornoz y sus zapatillas en un banco. Entonces ya fue muy tarde porque la niña flotaba sin vida "en la parte profunda de la piscina", relata.

Según la autopsia, la niña murió "ahogada" y no por un corte de digestión ni ningún otro problema físico.

El escrito de la jueza sostiene que el director de la instalación cometió "una negligencia grave" porque la parte de la piscina donde apareció la pequeña tenía una "visibilidad deficiente".

En el momento del accidente, en las instalaciones había cinco profesores y cuatro monitores de natación, que estaban al cargo del grupo formado por 27 escolares. También estaban presentes otros dos trabajadores de la piscina encargados del mantenimiento, así como usuarios particulares. La normativa obliga a que haya un adulto por cada diez niños en salidas escolares.

El caso se ha enviado a las partes para que formulen sus escritos. El juzgado también hace responsables civiles al Ayuntamiento de Ripoll y a la Conselleria d'Ensenyament.