El profesor del departamento de Fisiología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante, y padre de la técnica de edición genética CRISPR/Cas9, Francisco Martínez Mojica, podría convertirse hoy en el tercer español galardonado con un premio Nobel del ramo científico.

Mojica, cuyo nombre figuraba ya el año pasado en las listas de favoritos para hacerse con el premio Nobel de Medicina, sigue con opciones para este año.

Es más, podría ganarlo hoy, cuando la Real Academia de las Ciencias Sueca dará a conocer el nombre del ganador en la categoría de Medicina, y dos días después, el miércoles, cuando se fallará el premio de Química.

El proceso de selección de los nominados es complicado y estrictamente confidencial, pero todas las quinielas apuntan a Mojica como serio candidato para el Instituto Karolinska de Estocolmo, la institución que elige a los candidatos. Mojica podría ganar el Nobel junto a Emmanuelle Charpentier (Francia) y Jennifer Doudna (EEUU), las dos bioquímicas que, partiendo de sus hallazgos sobre bacterias, diseñaron una herramienta de edición genética que les valió el Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2015.

RECONOCIMIENTOS // El jurado español no premió a Mojica en aquel momento pero, desde entonces, este microbiólogo alicantino ha cosechado los premios más importantes del panorama científico nacional e internacional como el Jaime I de Investigación Básica, el de la Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento (categoría de Biomedicina) o el de la Fundación Lilly.

Mojica, el primer científico español en lograr el Premio Albany (el más prestigioso galardón de medicina de Estados Unidos), cuenta también con el premio Plus Alliance a la Innovación Global, uno de los más valorados también del ámbito científico.

Aunque ya está acostumbrado a recibir premios, esta misma semana ha sido nombrado hijo predilecto de su ciudad, Elche, un reconocimiento que para este científico es «el más importante al que pueda aspirar un ilicitano».

Aunque no sea esta semana, probablemente será cuestión de tiempo que la Academia sueca acabe reconociendo el valor de la técnica CRISPR/Cas9.