Uno de los daños colaterales de la despoblación en España es la masculinización del territorio, síntoma de la falta de igualdad de oportunidades de las mujeres en el medio rural, de forma que la población femenina se concentra cada vez más en un número muy reducido de áreas.

Aunque hay casi un millón más de mujeres que de hombres en España, los procesos de despoblación, sobre todo en el medio rural, propician la extensión de la masculinización del territorio y hacen que la población femenina, formada y en edad laboral, se condense en determinadas zonas para desarrollar sus proyectos personales, familiares y profesionales. Son datos del estudio La despoblación en España: un análisis de la situación, que quizás conozcan los convocantes de la manifestación que el domingo recorrerá las calles de Madrid al grito de Revuelta por la España vaciada, con el que quieren trasladar su «hartazgo» de años de reivindicaciones a las instituciones que «siguen olvidado al interior».

CONVOCANTES // Teruel Existe y Soria Ya!, plataformas ciudadanas de las dos provincias más despobladas de España, han sido las que han iniciado esta convocatoria, a la que se han adherido ya 73 asociaciones en las que se ven representadas 22 provincias.

El estudio, presentado en el marco del octavo Foro de las Autonomías que se celebra este jueves en el Senado, organizado por el Instituto de Derecho Público, constata que la primera característica del proceso de despoblación en España es que se está produciendo en un contexto generalizado de crecimiento demográfico en el país.

Y revela que la despoblación ha dejado de ser un proceso vinculado únicamente a las áreas rurales para convertirse en un fenómeno mucho más generalizado, que afecta también a las cabeceras comarcales e incluso a las ciudades pequeñas e intermedias y a las capitales de provincia.

Si casi nueve de cada diez municipios menores de 1.000 habitantes están perdiendo población desde el 2011, el estudio considera que también es «muy significativo» que lo hagan casi el 80% de los municipios rurales de hasta 5.000 habitantes y el 63% (casi dos tercios) de las ciudades de entre 20.000 y 50.000 habitantes.

El crecimiento vegetativo y la dinámica externa (los movimientos migratorios) son los dos factores principales de la despoblación en cualquier territorio y, en la última década, una proporción mayoritaria de municipios españoles registra un crecimiento vegetativo negativo, vinculado a la caída de la natalidad y, sobre todo, al efecto del envejecimiento.

Respecto a los movimientos migratorios, la evolución demográfica del siglo XXI está directamente relacionada en España con la llegada de población extranjera desde inicios del siglo, que se interrumpe por la crisis en torno aL 2010-2012. Así, en apenas una década, se suman 5 millones de residentes, pero, a pesar de ello, buena parte del territorio ha perdido población. Ahora bien, en el caso de la dinámica externa, no solo es importante el saldo migratorio y su signo, sino también las características demográficas de la población que llega o se va.

Otra parte del informe sobre despoblación, realizado por Ignacio Molina de la Torre, profesor de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Valladolid, alerta de que las zonas en riesgo demográfico están perdiendo población adulta joven y, en mayor medida, mujeres, de forma que al saldo negativo directo se suma la caída demográfica.