Apartir del 1 de julio, la sanidad pública financiará las pruebas de cribado para detectar el cáncer de cuello uterino o de cérvix, tal como se hace para encontrar células cancerígenas en las mamas, el colon o el recto. Hasta ahora, las pruebas se realizan a petición del paciente o de forma esporádica, pero ahora habrá un cribado poblacional a las mujeres de entre 25 y 65 años.

El cáncer de cuello uterino está provocado por la infección del llamado virus del papiloma humano (VPH), que es muy común entre las personas sexualmente activas. Normalmente, el virus se elimina por el sistema inmune, pero una de cada diez mujeres no es capaz de eliminarlo, por lo que la infección puede provocar cambios en las células del cuello uterino, fácilmente detectables a través de un cribado. En su grado más extremo, estas lesiones pueden dar lugar al cáncer.

A partir de ahora, a las mujeres entre 25 y 34 años se les realizará una citología cada tres años. Y a partir de los 35 años y hasta los 65, la prueba consistirá en la detección del VPH, que se repitirá cada cinco años si es negativa.

INVERSIÓN // Según la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, la ampliación de la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud supondrá una «pequeña inversión» de cinco millones de euros que se traducirá en ahorros valorados en 20,5 millones, debido al impacto que se espera del cribado en la detección precoz del cáncer de cuello de útero.

Además, para el cáncer de mama, la cartera de servicios incluirá la micropigmentación de la areola mamaria y el pezón como parte de la reconstrucción mamaria. Asimismo, se incluyen 58 nuevos tipos de productos en el catálogo de ortoprótesis, entre ellos, las prótesis de mama y de restauración facial.

La nueva cartera de servicios comunes, que ha sido acordada con las comunidades autónomas, incluirá, por último, la posiblidad de facilitar un lector ocular u otro sistema de comunicación similar a pacientes con trastornos neuromotores graves con afectación de ambos miembros superiores e imposibilidad de comunicación oral o escrita. Con ello se pretende, según la ministra de Sanidad, darles «mayor autonomía y calidad de vida».