El mundo se arriesga a vivir un «apartheid climático» en el que los ricos pagan por escapar del aumento del calor, el hambre y el conflicto, mientras el resto del mundo los sufrirá, advirtió ayer el relator para la extrema pobreza, Philip Alston, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En un informe sobre la relación entre la pobreza y el cambio climático, el relator de Naciones Unidas advirtió de que el calentamiento global» amenaza con deshacer los últimos cincuenta años de progreso en desarrollo y sanidad».

«Podría arrastrar a la pobreza a más de 120 millones de personas hacia el año 2030», y también supone una amenaza a la democracia y los derechos humanos, alertó el experto australiano en su intervención ante el consejo.

Las poblaciones pobres, menos responsables del aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, serán irónicamente las principales víctimas de un fenómeno que, según Alstom, traerá inseguridad alimentaria y peor salud, incluso con las previsiones más optimistas de solo un aumento de 1,5 grados para el año 2100. Alstom también denuncia en su informe que los gobiernos ni siquiera están cumpliendo sus ya de por sí insuficientes promesas de reducción de emisiones.