El incendio que ha devorado más de 6.000 hectáreas en la comarca de la Ribera d’Ebre (Tarragona) se podría haber evitado. El almacenaje irregular de estiércol en una granja de pollos de la localidad de Torre de l’Estanyol figura entre las principales hipótesis sobre el origen de un fuego que, afortunadamente, no se ha cobrado vidas humanas, pero sí ha obligado a las autoridades a evacuar a 52 personas. Con todo, todavía no hay ninguna persona investigada dentro de la causa. «El estiércol puede fermentar y alcanzar una temperatura suficiente para hacer combustión. Si hay vegetación seca a su alrededor, funciona como combustible, y si hay continuidad, se puede propagar muy rápidamente», explica el jefe del área regional de los Agents Rurals, Miquel Àngel Garcia, quien subraya la importancia de la prevención. «Los incendios del verano se apagan trabajando todo el año», destaca.

La siega de cereal, por ejemplo, es una actividad agrícola «potencialmente muy peligrosa», asegura Garcia, y por eso fue prohibida durante 48 horas hasta ayer y, durante la jornada de hoy, las máquinas recolectoras y empaquetadoras tampoco podrán trabajar en entre las 11 y las 21.00 horas. No se trata de criminalizar al sector de la agricultura, recalcan. «Es una medida excepcional, que no se adoptaba desde hace muchos años. Y es justo decir que se está haciendo muy bien, que existen protocolos y muchas medidas de seguridad, pero estamos viviendo una situación muy crítica», aclara el agente rural, en referencia a la ola de calor y sobre todo los efectivos desplazados a la comarca tarraconense.

OPTIMISMO // Agentes rurales, bomberos y miembros de la Unidad Militar Especial (UME) del ejército español se encontraron ayer por la mañana un fuego relativamente «tranquilo», como explica Garcia, moderadamente optimista. «Las imágenes desde nuestro helicóptero muestran puntos verdes en el interior del perímetro, que no han sido alcanzadas por las llamas. A las 6.000 hectáreas tendremos que restar estos metros cuadrados», precisa.

Coincide con el jefe del cuerpo de Bombers, David Borrell, quien explicaba a media mañana que se había encontrado el fuego «exactamente» dónde esperaban. Es decir, el flanco izquierdo estaba «estabilizado» y el flanco derecho estaba activo en dos tercios. «Hemos atacado unas 20 reproducciones, pero todas se han podido controlar», detallaba el jefe de Bombers, quien adelantaba que las 52 personas evacuadas por las llamas no podrían volver antes de las 20.00 horas. Al cierre de esta edición, aún seguían sin poder regresar a sus hogares.

Estas personas han sido acogidas en los municipios de Palma d’Ebre (4), Bovera (4) y Flix (44), según informan fuentes de Protección Civil. Ya no hay más personas que corran peligro. El perímetro del fuego, de unos 50 kilómetros, está controlado. Las mismas fuentes de la institución dicen que mientras dure la evacuación cubrirán «todas sus necesidades básicas», incluyendo gestiones con sus países de origen.

Y es que entre los afectados por el fuego hay catalanes, pero también de otras nacionalidades: alemana, belga, brasileña, holandesa, británica y estadounidense. En su mayoría, son personas con segundas residencias en la comarca de la Ribera d’Ebre.