España se mantuvo el año pasado entre los países de la Unión Europea que menos recauda a través de los impuestos medio ambientales, con unos ingresos de 21.400 millones de euros que representan el 1,8% del PIB durante el 2018, según un informe sobre tendencias en el campo de la fiscalidad publicado ayer por la Comisión Europea.

La mayor parte de esta cantidad procedió de impuestos a la energía (un 1,5% del PIB y 17.700 millones de euros), de los cuales la mitad se recaudaron a través de tasas a combustibles para el transporte. El estudio, además, evidencia un leve retroceso del peso de los impuestos medioambientales en España, puesto que entre 2013 y 2016 representaron un 1,9% del PIB, recuperando así parte de lo perdido durante los años de crisis, en los que su recaudación se estancó en un 1,6%. De esta forma, España ocupó el año pasado la posición 24 en el ránking.