La ola de incendios que ardieron en diferentes puntos de España la semana pasada está a punto de culminar. El último fuego que se resistía en mayor medida a los equipos de extinción, declarado en Almorox (Toledo) y que se propagó por la Comunidad de Madrid arrasando 3.300 hectáreas, quedó ayer controlado aunque no extinguido.

Según los bomberos, la combinación de altas temperaturas, escasa humedad y la fuerza del viento dificultaron las labores de extinción. Aunque las llamas se originaron en territorio castellano-manchego (donde prendieron 800 hectáreas), el fuego terminó afectando a las localidades madrileñas de Cenicientos, Las Rozas de Puerto Real y Cadalso de los Vidrios (2.500 hectáreas).

14 MEDIOS AÉREOS

El operativo seguía contando a primera hora de la tarde de este lunes con 14 medios aéreos (helicópteros e hidroaviones) y 500 efectivos con 49 dotaciones terrestres. El presidente en funciones de la Comunidad de Madrid, Pedro Rollán, ha declarado este mediodía que se trata de un incendio "irregular", ya que se han registrado zonas totalmente arrasadas por las llamas mientras que otras prácticamente no han ardido. Aunque varias personas han tenido que ser desalojadas, Rollán ha llamado a la tranquilidad y ha garantizado que "el perímetro está asegurado".

La alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, ha aclarado que no hay daños de patrimonio y que ya estudian medidas para repoblar el terreno. Aunque en un primer momento se declaró como un fuego de pastos, un fenómeno bastante frecuente según el responsable del parque de bomberos de Toledo, Isabelo Sánchez, la propagación de las llamas llevó a extremar la precaución y hablar de incendio forestal. "Nunca he visto un incendio así en Toledo", ha declarado Sánchez.

Se trata de uno de los fuegos más graves que han afectado a la Comunidad de Madrid en el último siglo. Frente al mensaje de tranquilidad de Rollán, Equo Madrid ha pedido que se declare con urgencia la situación de "emergencia climática". Según Alejandro Sánchez, diputado del partido ecologista en la Asamblea de Madrid, "los incendios se apagan en invierno", refiriéndose a la necesidad de una gestión forestal preventiva.

SE SUMA A LA RIBERA DEL EBRO

Y no son los únicos. Tras el incendio en Ribera del Ebro (Tarragona) que quemó 5.000 hectáreas de vegetación, el sindicato agrario Unió de Pagesos ha exigido este mismo lunes a la Generalitat "una valoración urgente de los daños agrícolas y ganaderos". Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, el fuego ha quemado en toda España un total de 38.544 hectáreas tan solo en lo que llevamos de 2019, más del triple que en el año anterior. Estas cifras incluyen los datos recopilados hasta el 23 de junio: es decir, ni siquiera contemplan el terreno devastado en las comarcas catalanas del Ebro, Toledo y Ávila.