Cada año que pasa es más grande la brecha entre los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de los países y lo que realmente deberían hacer para alcanzar el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1,5C. Así lo destaca el informe Brecha de Emisiones 2019 publicado este martes por el programa para el medio ambiente (PNUMA) de la ONU. De seguir con los planes actuales, la temperatura ascendería hasta los 3,2C, mientras que para cumplir París las emisiones deberían reducirse un 7,6% anual hasta el 2030. Y esto requiere que los países multipliquen por cinco la ambición de sus programas para la próxima década. Más que brecha, lo que hay es un abismo.

Las emisiones mundiales volvieron a crecer en el 2018. Según los datos del PNUMA, sumaron otro récord histórico de 55,3 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente (GtCO2e), 1,8 más que en el 2017. Después de tres años de estabilización (2014-2016) inducida por la crisis económica mundial, la reactivación ha disparado de nuevo los gases tanto en 2017 como en el 2018. Y lo peor, "no hay evidencias de que en los próximos años vayan a alcanzar su punto máximo" a partir del cual empezarán a disminuir. Los datos concuerdan con el nuevo récord de concentración de CO2 en la atmósfera de 407,8 partes por millón detectado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Llamada a actuar

La ONU alienta a los países a pasar a la acción inmediatamente. "Cada año en que se retrase ese pico máximo se requerirán recortes más profundos", advierte. Para alcanzar la meta de los 1,5C, las emisiones deberían ser 32 GtCO2e inferiores a las que se emitirían con los planes actuales. Si nos conformamos con la meta menos ambiciosa del Acuerdo de París, limitar el calentamiento a menos de 2C, la bajada debería ser de 15 gigatoneladas.

Hasta bien entrado el año próximo no empezaremos a saber si estas metas son imposibles de alcanzar. Los países no están obligados a actualizar oficialmente sus planes para cumplir con París hasta el primer cuatrimestre del 2020 para que la Cumbre del Clima que se celebrará ese año en Glasgow haga la puesta en común y los revise. Los compromisos actuales en los que se basa el estudio son los presentados en 2015 durante la conferencia que cerró el Acuerdo de París.

Madrid, el arranque

La cumbre de Madrid que se iniciará el próximo 2 de diciembre debe ser, según sus organizadores, el pistoletazo de salida de ese salto adelante en la ambición climática y un aumento decisivo de la presión para que los países pasen a la acción. El informe del abismo de emisiones será un elemento más para inclinar las voluntades, sobre todo de los grandes países contaminantes.

El documento muestra que "los países simplemente no pueden esperar hasta finales de 2020, con los nuevos compromisos climáticos, para intensificar la acción", ha declarado Inger Andersen, director ejecutivo del PNUMA, que ha hecho un llamiento para que cada país, "cada ciudad, región, empresa e individuo, actuen ahora".

"Nuestro fracaso colectivo para actuar de manera temprana y dura contra el cambio climático significa que ahora debemos ejecutar recortes" más drásticos, "de más del 7% cada año, si lo desglosamos de manera uniforme durante la próxima década ", ha añadido.

China se dispara

El PNUMA también describe el comportamiento de las grandes economías, aportando dos datos interesantes: China ya ha superado a la Unión Europea y se acerca a Japón en emisiones per cápita. Un ránking que sigue encabezado por mucha distancia por los Estados Unidos.

El otro revela que si se tienen en cuenta las emisiones causadas por la fabricación de productos importados la Europa contamina más de lo que figura en las estadísticas y China menos. Sería un proceso deslocalización de las emisiones ante el que habría que estar alerta, según el documento.