Al menos nueve personas murieron ayer por la mañana en un terremoto ocurrido en la frontera turcoiraní. El sismo, que tuvo una magnitud de 5,9 grados y con el epicentro en territorio iraní, causó también 37 heridos.

Todas las víctimas mortales se contabilizaron en el lado turco de la frontera: «Hay varios edificios dañados y otros que han colapsado en la provincia de Van (en la frontera con Irán). Las casas que han quedado más afectadas son las de arcilla, construidas por sus propios inquilinos», dijo el ministro del Interior turco, Süleymán Soylu, que explicó también que nueve de los heridos están en estado muy grave, por lo que la cifra de muertos podría aumentar.

Al mismo tiempo, varias personas resultaron heridas y una de ellas está en estado crítico debido al terremoto en la zona iraní.

Hace un mes exacto, el 24 de enero del 2020, otro terremoto afectó la zona del sureste de Turquía, de mayoría de población kurda. Ocurrió en las provincias de Elazig y Malatya, causó la muerte de 41 personas, fue de 6,8 puntos de magnitud y puso encima de la mesa un problema que parece endémico en Turquía: el país anatolio, situado en una zona sísmica muy activa, está muy poco preparado para hacer frente a terremotos de gran magnitud.

En los últimos meses ha habido dos terremotos mortales; pero ha habido otras decenas, casi semanales y que se hacen notar en varias regiones del país. Muy fresco en la memoria está el terremoto de Izmit de 1999: en ese suceso, que ocurrió muy cerca de Estambul, murieron 17.000 personas.

«Entre los muertos hay tres menores de edad y seis adultos. Hemos mandado a la región 25 ambulancias, 13 equipos de rescate y 144 tiendas para las familias afectadas», dijo Soylu ayer.

frontera cerrada / La zona afectada, la frontera turcoiraní, fue doblemente noticia este domingo. Turquía anunció el cierre de la frontera terrestre entre los dos países tras la muerte de ocho iranís y la confirmación de 48 casos de coronavirus en Irán. Ankara también canceló todos los vuelos hacia y desde Teherán.