El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, pidió perdón por el «error de asiento», que le supuso ayer ser sancionado por la Guardia Municipal donostiarra cuando conducía su vehículo con una persona sentada en el asiento de copiloto, y señaló que su acompañante era una «inmigrante atrapada entre nosotros», a la que llevaba al dentista en ese momento. Asimismo, el obispo Munilla indicó que perdonaba a quien hubiera filtrado la noticia.