Las perspectivas económicas para este 2020 son muy negras. La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, alertó ayer que «ya está claro» que la economía mundial ha entrado en una recesión «tan mala o peor que la del 2009» a causa del shock ocasionado por la pandemia del coronavirus covid-19 y el colapso productivo impulsado para frenar su propagación.

La institución financiera supranacional estima que el 2021 «puede haber un considerable rebote» dependiendo de si se ha conseguido controlar la crisis sanitaria y evitar que la falta de liquidez degenere en la insolvencia de varios países afectados.

Georgieva aseguró estar preocupada por el impacto económico y social de la recesión. Como ya se está viendo en todo el mundo, el frenazo productivo causará una pérdida de la riqueza de los países que puede llevar a la quiebra a miles de empresas y golpear a las capas más vulnerables de la población.

El FMI teme que ese descenso de los beneficios, los salarios y los empleos socave una posible recuperación y destruya el tejido social de los países. Hace dos semanas, el organismo pidió a España no aumentar el gasto en pensiones, recortar la jornada laboral (y que la administración pública asuma la compensación por el salario perdido de los trabajadores) y mantener la reforma laboral del Partido Popular que agiliza los despidos. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) aseguró que la pérdida de empleos en todo el mundo puede oscilar entre 5,3 y casi 25 millones de puestos de trabajo.

RECESIÓN / Por otro lado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) advirtió ayer en un comunicado esa «inevitable» recesión terminará dejando a personas y empresas en una situación «muy frágil». El organismo, compuesto por los 36 países más ricos del globo, ha calculado que cada mes que se mantenga la situación de parálisis productiva y de confinamiento en los hogares por el coronavirus restará hasta dos puntos porcentuales del producto interior bruto (PIB) en 2020.

Esas medidas de confinamiento han reducido hasta un tercio la actividad de las grandes economías. España será uno de los países que sufrirán un mayor impacto negativo inicial, según anunció ayer la OCDE.

AUSTERIDAD / Tras décadas recetando una doctrina económica de austeridad basada en la reducción del déficit, del gasto público y de los servicios sociales, el FMI aplaude ahora los planes de inversión impulsados por los países afectados por la pandemia. Este pasado jueves, los líderes de las grandes economías del mundo acordaron en una inédita cumbre virtual del G-20 destinar más de 4,5 billones de euros para frenar el virus, impulsar el crecimiento y aumentar la producción de suministros médicos.

El FMI ha cifrado en 2,3 billones de euros las necesidades de financiación que, según estiman, requieren las economías en desarrollo ante la emergencia. Desde su sede en Washington, Georgieva indicó que hasta 80 países de ingresos bajos y medios han acudido a la institución en busca de ayuda; tres cuartas partes han solicitado asistencia financiera. Uno de los países que no contará con ese apoyo y quedará aislado y sin ayudas será Venezuela, cuya petición de asistencia de 5.000 millones de dólares para hacer frente a la pandemia fue rechazada la semana pasada por la organización.