Los fallecidos en Italia por coronavirus alcanzaron ayer los 10.779, lo que supone 756 muertes en las últimas 24 horas y se registró un pequeño aumento de los contagiados, y la preocupación se traslada ahora al sur del país, donde el impacto económico puede ser más grave y terreno fértil para las mafias.

Mientras en lo sanitario la situación mejora en Lombardía, la región italiana más afectada, la preocupación del Gobierno tras la alarma de algunos regidores se centra ahora en el impacto económico que la pandemia está teniendo en el país y sobre todo la atención está en el sur. El presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, anunció que anticiparía 4.300 millones de euros del fondo de solidaridad a los ayuntamientos y destinará otros 400 millones para que los municipios los dediquen a ayudar con vales de compra a las personas que debido a la pandemia están sufriendo problemas económicos.

El presidente de la región de Sicilia, Nello Musumeci, aseguró después de que se produjo un caso de un asalto a un supermercado que «no se están produciendo episodios de violencia generalizada», pero que después de que cientos de empresas, con trabajadores con contratos precarios, han cerrado, es necesario «desactivar esta bomba». «Hay una emergencia social, hay focos de sufrimiento con el riesgo de que la incomodidad se convierta en ira y la ira se convierta en violencia», afirmó el alcalde de Palermo, Leoluca Orlando.

Los 400 millones serán repartidos en vales de compra de 25 euros en alimentos entre las personas que lo pedirán a las diferentes asociaciones que se ocupan de solidaridad.