La sostenibilidad medioambiental implica un consumo responsable por parte de toda la sociedad, no solo de energía, sino también de productos, así como un reciclaje de los residuos. Todo ello contribuye a la reducción de CO2 y de la contaminación directa del planeta por desechos. Un estudio reciente realizado por la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y publicado por la revista Nature Climate Change ha revisado las medidas de confinamiento de 69 países que suman el 97% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en el mundo.

Los resultados reflejan que el pasado 7 de abril se había producido una reducción del 17% en la emisión de este tipo de gases en todo el planeta. Concretamente, en España, las emisiones se desplomaron un 32% respecto a la media de 2019. El cambio climático es uno de los principales retos a los que se enfrenta el planeta y, aunque el sector bancario no es altamente contaminante, es importante que las compañías trabajen con el compromiso de ser sostenibles en sus actuaciones. En este contexto, CaixaBank considera esencial acelerar la transición a una economía neutra en carbono que promueva el desarrollo sostenible y sea socialmente inclusiva. Con el objetivo de minimizar el impacto ambiental de su actividad, la entidad financiera presidida por Jordi Gual y cuyo consejero delegado es Gonzalo Gortázar trabaja en un Plan de Gestión Medioambiental 2019-2021 que contempla medidas de eficiencia energética y de reducción de consumo. Este plan, que constituye uno de los tres ejes de la estrategia medioambiental de CaixaBank, permite al banco gestionar y reducir los impactos en el entorno generados por su actividad.

Desde el año 2018, CaixaBank compensa el 100% de sus emisiones de CO2. De hecho, es el primer banco del Ibex 35 en compensar su huella de carbono y en reducir un 80% las emisiones de CO2 calculadas desde el 2009. En cuanto a las medidas de eficiencia energética, el 99,5% de la energía que consume CaixaBank proviene de fuentes de origen renovable, según certificado de Garantías de Origen. Sin ir más lejos, en el 2019, el consumo de energía eléctrica se redujo un 4,7% respecto al año anterior, un 7% menos respecto al 2015 y un 45% en comparación con el año 2009. Además, la entidad financiera cuenta con un proyecto de domótica que permite monitorizar el consumo de energía en edificios corporativos, así como en la red de oficinas, y, de esta manera, evaluar el ahorro energético de las medidas implantadas y definir nuevas iniciativas de eficiencia. Por otro lado, la compañía dispone de dos Centros de Procesamiento de Datos (CPD) con la certificación leed, un sistema de certificación de proyectos sostenibles, con categoría Silver y Gold respectivamente.

Apuesta por la digitalización

Reducir el consumo de papel es otro de los objetivos contemplados en el Plan de Gestión Medioambiental 2019-2021 de CaixaBank. La fabricación de papel consume grandes cantidades de madera, energía y agua, además de producir residuos. Por eso, la entidad considera necesario reducir su consumo para proteger el planeta. En CaixaBank, el 98% del papel que se utiliza, que cada vez es menor gracias al fomento de los canales digitales, es de origen reciclado. La apuesta por la digitalización es una realidad en la compañía. Todos los clientes, día tras día, cuentan con más herramientas y facilidades para el acceso on line y móvil a todos sus servicios, trámites, así como la firma digital para el 100% de sus procesos.

En el 2019, la entidad ha visto reducir un 15% el consumo de papel y un 77% el uso de sobres de oficinas y cajeros respecto al 2018. El papel que no se puede eliminar por diferentes causas es, en su gran mayoría, reciclado y certificado de fuentes sostenibles. Por otro lado, CaixaBank lanzó en el 2019 una colección de tarjetas regalo biodegradables hechas de almidón de maíz con el objetivo de reducir el impacto medioambiental. Esta acción, pionera en el sector, sentó las bases para cambios en el futuro de las tarjetas, segmento en el que la entidad es líder del sector bancario español.

CaixaBank cuenta además con un proyecto de reutilización de materiales conocido como proyecto Re, que se lanzó también a mediados del 2019. Este proyecto consiste en un circuito de donación de equipos informáticos y de mobiliario a entidades sociales. En este período de tiempo, la entidad ha donado un total de 1.355 artículos.