La crisis de la Covid-19 puede provocar 13 millones de matrimonios infantiles más en todo el mundo durante los próximos 10 años y se estima que está habiendo 15 millones de casos de violencia de género más por cada tres meses de bloqueo y aislamiento a nivel mundial. Estos alarmantes datos de la ONU se recogen en un informe conjunto de Save the Children y Plan International, que analiza los peligros a los que están expuestos las niñas y las adolescentes en Asia y en todo el mundo por culpa de la pandemia.

"Conozco a dos chicas que se acaban de casar durante esta pandemia", reflexiona Huu, una niña de Vietnam. "La educación nos ofrece la oportunidad de un futuro más brillante, pero los problemas por la pandemia están haciendo que muchas niñas se casen", añade.

Aunque la infancia no ha sido uno de los colectivos más afectados por el virus a nivel global, los niños y las niñas sí han quedado expuestos a múltiples formas de violencia. En concreto las niñas tienen un alto riesgo de sufrir violencia de género, abuso sexual, matrimonio infantil forzado o explotación durante los periodos de aislamiento social y confinamiento. En muchas ocasiones, están teniendo que convivir diariamente con su agresor.

En India, por ejemplo, una línea telefónica para la infancia recibió 92.000 llamadas para denunciar violencia doméstica en los primeros 11 días de confinamiento, un aumento del 50% en los niveles anteriores a la Covid-19. En Tailandia, los casos de violencia doméstica también se han duplicado durante el período de confinamiento, y ha habido aumentos similares en países de toda la región, incluidos Bangladesh, Singapur y Malasia.

La crisis económica y el cierre de escuelas también han supuesto un incremento en el abandono escolar. Las niñas que dejan de ir a la escuela pierden no solo la oportunidad de seguir con su formación, sino también el contacto con otros compañeros y compañeras y el acceso a la Información y a determinados servicios sociales. Además, dejan de contar con la protección que les proporcionan las escuelas, por lo que las niñas enfrentan un mayor riesgo de violencia o abuso a manos de familiares, vecinos o personas de sus comunidades. El cierre de los centros escolares durante meses y una posible crisis económica a largo plazo pueden acabar con gran parte del progreso logrado en la reducción de los niveles de matrimonio infantil en Asia en las últimas décadas.

La pandemia también ha supuesto un aumento inquietante de la violencia online contra las niñas y adolescentes. El confinamiento ha hecho que la infancia pase más tiempo conectada para acceder a la educación online o para jugar y hablar con sus amigos y amigas a través de las redes sociales, lo que les ha hecho estar cada vez más expuestos al ciberacoso, el contenido inapropiado y la explotación sexual. Una adolescente de Nepal nos dijo: Durante el aislamiento, mis amigos y yo estamos principalmente en las redes sociales y hay casos de acoso. Por ejemplo, un extraño se acercó a una de mis amigas en las redes sociales y comenzaron a hablar. Ahora este chico la está amenazando. Si ella le dice algo a sus padres, reaccionarán negativamente en vez de ayudarla", explica.

Los servicios de apoyo y protección a la infancia frente a todos los tipos de violencia deben priorizarse como un componente esencial en los planes de respuesta a la pandemia en Asia y en todo el mundo. Especialmente estos servicios deben permanecer abiertos, seguros, accesibles y financiados para las niñas y las adolescentes. Las líneas directas de violencia infantil y sexual que apoyan a la infancia deben reforzarse tanto a nivel financiero como a través del desarrollo de capacidades, para que las personas que atienden a las víctimas en los distintos países puedan responder mejor a sus necesitades.

La pandemia de la Covid-19 amenaza con revertir décadas de progreso logrado en toda la región de Asia y el Pacífico en términos de la violencia contra la infancia, en particular de violencia y abuso contra las niñas. No podemos aceptar un mundo post-Covid donde innumerables niñas sobrevivan a la pandemia, pero sean obligadas a casarse, a abandonar su educación o se les nieguen sus derechos y sueños. Hacemos un llamamiento a los líderes locales y a los gobiernos de cada país a que tomen medidas urgentes para garantizar que todas las niñas y adolescentes estén protegidas. Tenemos la oportunidad de reconstruir y también de lograr que cada niña tenga la oportunidad de crecer y desarrollarse libre de violencia, sin miedo, totalmente protegida, respetada y empoderada.