Estados Unidos está a punto de autorizar el uso de emergencia de la vacuna de Covid-19 desarrollada por Moderna en colaboración con científicos de los Institutos Nacionales de Salud. La aprobación podría llegar este mismo viernes y sumará una nueva herramienta a la lucha contra la pandemia tras la aprobación hace una semana en el país de la inmunización de Pfizer y BioNTech, que empezó a inocularse este lunes.

Igual que hace una semana con esa vacuna de Pfizer, un panel de expertos ha recomendado a la FDA, la agencia del medicamento estadounidense, la autorización de uso de emergencia de la vacuna de Moderna en estadounidenses mayores de 18 años. Esta vez la votación ha sido de 20 votos a favor y una abstención.

Se espera que el regulador federal de la luz verde este mismo viernes, el día en el que el vicepresidente Mike Pence y su esposa, así como el director general de salud de EEUU, tienen previsto vacunarse públicamente para incrementar la confianza en las inmunizaciones.

Las ventajas

El fin de semana podrían empezar a distribuirse por EEUU cerca de seis millones de dosis del suero de Moderna, que frente al de Pfizer y BioNTech presenta la ventaja de poder almacenarse a temperaturas de refrigeración normales y no a 70 grados bajo cero.

Los envíos de Moderna, además, están organizados en lotes más pequeños, lo que facilita que llegue a más lugares, incluyendo áreas menos pobladas.

Los siguientes beneficiados

También el fin de semana, el domingo concretamente, se espera que otro panel de expertos que asesora a los Centros de Control y Prevención de Enfermedades marque el nuevo grupo de prioridad para recibir la vacuna, tras los trabajadores médicos y los empleados y pacientes de residencias, que han sido los primeros en ser inmunizados en EEUU. La propuesta inicial es que sean “trabajadores esenciales” pero en esa definición entran casi 80 millones de personas, por lo que serán los estados los que tengan que definir el orden de preferencia.

EEUU ha registrado desde que se inició la pandemia más de 17 millones de casos y más de 310.000 fallecidos y la situación en el país se ha agravado en las últimas semanas. Esta misma semana se han batido récords de muertes, con más de 3.600 solo el miércoles, y se han disparado las hospitalizaciones, poniendo al límite a muchos centros médicos de todo EEUU. Aunque lo peor se está viviendo en los últimos días en California, la pandemia está desatada en todo el país.

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