Un grupo de científicos ha descubierto que el cloruro de cetilpiridino (CPC), un componente químico presente en algunos colutorios, es capaz de reducir hasta 1.000 veces la capacidad de infección del SARS-CoV-2, según un estudio preclínico llevado a cabo en células cultivadas en el laboratorio.

Este experimento, elaborado por el centro IrsiCaixa, -impulsado por la Fundación La Caixa y la Generalitat- en colaboración con científicos del Dentaid Research Center, ha puesto de relieve que algunos colutorios tienen efecto antiviral gracias a su capacidad antiséptica, por lo que podrían ser una herramienta útil para frenar la transmisión del coronavirus.

Por el momento, el efecto antiviral se ha demostrado únicamente en estudios preclínicos, por lo que el siguiente paso será hacerlo en un ensayo de eficacia en humanos, que estará liderado por la Fundación Lucha contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas (FLS).

De demostrarse el efecto antiviral del CPC en humanos, los colutorios podrían ser clave para ayudar a reducir la transmisión de coronavirus en cualquier zona geográfica, ya que son económicos, fácilmente distribuibles y almacenables.

Resultados "prometedores"

"Los resultados que hemos obtenido son prometedores. Que un colutorio con CPC sea capaz de reducir tanto la capacidad de infección del SARS-CoV-2 es una muy buena noticia, ya que conseguiríamos frenar la rápida transmisión del virus entre personas", ha destacado el director de IrsiCaixa, Bonaventura Clotet.

Este estudio preclínico los científicos han demostrado que la membrana, imprescindible para los virus a la hora de reconocer las células e infectarlas, se desestabiliza en contacto con el CPC, de manera que la proteína spike (S) que alberga el virus deja de ser funcional y el SARS-CoV-2 es incapaz de infectar.

Para demostrar que el virus no es infectivo en estas condiciones, el personal investigador ha puesto en contacto, durante dos minutos, virus aislados de pacientes con COVID-19, con el colutorio que contiene CPC.

Así, han podido observar que la capacidad de infección del SARS-CoV-2 después de haber estado en contacto con el colutorio se reduce hasta 1.000 veces en cultivos celulares.

"Hemos comprobado que el CPC es realmente el que tiene un papel antiviral porque, llevando a cabo el mismo experimento con colutorio sin CPC, el virus sigue teniendo una alta capacidad de infectar y destruir células", ha asegurado la coordinadora del estudio e investigadora principal de IrsiCaixa, Nuria Izquierdo-Useros.

Frenar la propagación

Según la científica, se trata de resultados "muy esperanzadores", dado que en el experimento han usado una cantidad de virus más elevada que la que se encuentra en la cavidad bucal de las personas infectadas, así como una cantidad menor de colutorio de la que suele utilizar la gente.

Actualmente, acabar con la pandemia es el principal objetivo a mundial y centrarse en la boca podría ser clave para erradicar la transmisión del virus.

"La cavidad bucal juega un papel crucial en la transmisión del SARS-CoV-2. Los virus están presentes en la saliva y, aunque aún queda mucho camino por recorrer, los colutorios en los que estamos trabajando podrían ser una potencial herramienta de prevención de la transmisión", ha agregado el director de I+D+i de DENTAID, Joan Gispert.

Los ensayos de eficacia que se realizarán próximamente con el apoyo de FLS para confirmar que el efecto antiviral detectado en laboratorio es extrapolable a los seres humanos y estudiar cuánto tiempo dura ese efecto.

"Aunque el uso de este enjuague bucal no prevenga la infección por SARS-CoV-2, sí podría evitar la propagación del virus. Esta medida sería fácil, efectiva y aplicable a nivel global", ha remarcado Izquierdo-Useros.