E l ministro de Sanidad, Salvador Illa, reiteró ayer que está dispuesto a modificar el decreto del estado de alarma para que las comunidades que lo deseen puedan imponer un toque de queda antes de las 22.00 horas. Illa cree que las medidas contenidas en el decreto son «suficientes» para doblegar la tercera ola, pero ante la presión creciente de un sinfín de comunidades, que apoyan restringir la movilidad a partir de las 20.00 horas, como ha hecho unilateralmente Castilla y León, se ha mostrado abierto a «escuchar» las reclamaciones territoriales y a «mejorar las herramientas».

Eso sí, advirtió que se seguirán los «criterios» que marquen los técnicos sobre si el adelantamiento del toque de queda es «correcto o no», buscando una «fórmula lo más consensuada posible». «Yo creo que [los límites del decreto] son suficientes, pero no hay cerrazón del Gobierno a escuchar otros planteamientos que pueda haber», sostuvo en una entrevista en televisión, en la que se mostró convencido de que, sin necesidad de confinamiento domiciliario --como también piden varias regiones y expertos--, se «doblegará» la tercera ola y en cuestión de «días» o quizá de «alguna semana» se va a producir «una estabilización y un descenso de casos».

El debate en torno al toque de queda tendrá lugar mañana en la reunión semanal del Consejo Interterritorial, donde se prevé que un número considerable de autonomías soliciten aplicar una reducción de la movilidad nocturna antes de las 22.00 horas, que es el límite que marca el decreto del estado de alarma. Hasta el momento se han mostrado favorables al adelanto Galicia, Euskadi, Cataluña, Canarias, Cantabria, Baleares, Murcia y Andalucía.

A ellas se sumó ayer el barón socialista y presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page: «Me parece posible la idea y me gustaría que fuese un acuerdo de carácter general y para toda España. El de las ocho de la tarde sería aceptable para nosotros en un momento determinado», dijo.

Fernando Simón intentó ayer mandar un mensaje supuestamente tranquilizador al estimar que la variante procedente del Reino Unido estaría presente en menos del 5% de los casos en estos momentos, pero al mismo tiempo admitió que en unas semanas puede ser la dominante, como ha ocurrido en el Reino Unido e Irlanda, donde solo tras confinamientos estrictos se ha empezado a atajar mientras los sistemas sanitarios siguen desbordados. Un gran giro después de haber afirmado una semana antes que su impacto sería «marginal».

Aunque la implantación de la cepa solo fuera del 3%, la alerta estaría más que justificada. En Irlanda, la primera estimación fijaba su implantación en ese 3% y tres semanas después había crecido hasta más del 40%, siendo ya la predominante en todo el país. Al ser más contagiosa (entre el 30% y el 50%) acaba desplazando al resto muy rápido. En el Reino Unido roza ya el 100% de los contagios. H