La Fundación la Caixa ha otorgado más de 5.000 becas para ampliar la formación de jóvenes talentos y de investigadores españoles y extranjeros desde la puesta en marcha de su programa de Becas en el año 1982. En concreto, 5.214 personas han tenido la oportunidad de realizar estudios de posgrado, doctorado o investigación posdoctoral en las mejores universidades y centros de investigación del mundo gracias al impulso de estas reputadas ayudas. Una de las afortunadas es la doctora María J. Vicent, de 46 años.

La vila-realense intenta responder a la pregunta ¿Podemos curar el cáncer de páncreas y prevenir su reaparición? en el Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de València, gracias a una ayuda de la Caixa. Su trabajo, en colaboración con Helena Florindo, de la Universidad de Lisboa (Portugal), y Ronit Ratchi-Fainaro, de la Universidad de Tel-Aviv (Israel), intenta atacar al cáncer de páncreas por tres frentes a la vez y poder llegar a un tratamiento efectivo. «Las terapias actuales, desde la quimioterapia a la inmunoterapia, solo aumentan la esperanza de vida de las personas por unos meses. El objetivo es la combinación de nanofármacos, terapias específicas capaces de matar de forma selectiva las células tumorales del páncreas sin dañar el resto de células y órganos sanos, junto con una nanovacuna que aprovecha el sistema inmunitario del paciente y así, además, prevenir la recurrencia del tumor años más tarde», argumenta Vicent.

María J. Vicent, doctora en Químicas por la UJI y que ha realizado estancias en la Universidad de California Berkeley y en la Universidad de Cardiff (UK), actualmente es la coordinadora del área de Terapias Avanzadas y jefa del Laboratorio de Polímeros Terapéuticos, del Centro de Investigación Príncipe Felipe, de València. Además, es la responsable del nodo Valenciano de descubrimiento de fármacos dentro de la infraestructura europeaEU-OpenScreen.

Agradecimientos

«Que te concedan una ayuda de la Fundación la Caixa significa muchísimo para un investigador. Son ayudas muy prestigiosas, muy competitivas y de una cuantía económica importante que te permiten llevar a cabo una investigación puntera en áreas de un impacto social muy elevado. Recibir el apoyo de la Caixa nos aportó en muchos aspectos, desde la confianza de que lo que haces puede llegar a merecer la pena hasta la capacidad de llevar a cabo una idea innovadora, que sin ese apoyo no hubiese sido posible. Ojala hubiesen más instituciones apostando por un futuro con ciencia e innovación», destaca.

Por otro lado, Vicent revela que «el gran objetivo de todo científico en mi campo es que alguna de las terapias que desarrollamos en el laboratorio consigan no solo llegar a la clínica, sino que curen o al menos mejoren la calidad de vida de los pacientes. En mi grupo de investigación llevamos a cabo investigación en terapias avanzadas, en concreto nanomedicina para necesidades clínicas no cubiertas como tumores metastásicos o enfermedades neurodegenerativas. Hacemos ciencia básica, pero con un componente traslacional muy importante, colaborando tanto con clínicos como con industria para realmente poder hacer el paso del laboratorio al paciente».