El concierto celebrado el pasado diciembre en la Sala Apolo de Barcelona con estrictas medidas anticovid no produjo ningún contagio y los asistentes puntuaron con casi un diez su disposición para asistir a otro evento con los mismos procedimientos de seguridad. El concierto, celebrado el 12 de diciembre y que reunió a casi 500 personas, era además un ensayo clínico cuyos resultados preliminares, como la ausencia de contagios, se dieron a conocer a finales de año. Hoy se publican en "Lancet Infetious Diseases".

El estudio, encabezado por el Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Barcelona, fue el primer ensayo controlado aleatorio para evaluar el impacto de las medidas de seguridad integrales de covid-19 en un concierto de música en vivo en interiores. Los asistentes rellenaron un cuestionario tras el concierto y, a la pregunta de si estarían dispuestos a asistir a otro evento con los mismos procedimientos de seguridad. La puntuación media fue de más de 9 sobre 10 (10 era la mayor disposición). También, la mayoría afirmaron que se habían sentido capaces de comportarse con normalidad a pesar de las precauciones. La puntuación media de satisfacción fue de 8,6 cuando se les pidió que calificaran cuánto habían disfrutado del espectáculo.

Todos los participantes en el ensayo, tanto los que fueron al evento como los del grupo de control que se quedaron en casa, se sometieron a una PCR ocho días después. Ninguno de los asistentes dio positivo, en comparación con dos personas del grupo de control.

El autor principal del estudio, Josep Llibre, del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol, destacó que el estudio "aporta una primera prueba" de que los eventos musicales en recintos cerrados pueden celebrarse sin que aumente el riesgo de transmisión cuando se aplican amplias medidas de seguridad. No obstante, acotó que es importante considerar los resultados a la luz de la situación en España en aquel momento, cuando los casos no eran elevados y se aplicaban muchas restricciones. En consecuencia, "nuestro estudio no significa necesariamente que todos los eventos masivos sean seguros", señaló en Lancet Infetious Diseases.

Los 465 asistentes al evento, de entre 18 y 59 años, fueron sometidos a un test de antígenos esa mañana, era obligatorio usar mascarillas N95, hubo ventilación optimizada, reemplazo de aire en la sala y se evitaron colas y multitudes; con todo, pudieron cantar y bailar y no se recomendó el distanciamiento físico. Ese grupo se comparó con otro de 495 personas, que también se hizo una prueba de antígenos, pero volvieron a casa tras hacerla y no asistieron al concierto. El evento duró cinco horas y los asistentes pasaron una media de dos horas y 40 minutos dentro del recinto, donde hubo dos actuaciones de DJ y dos de música en directo. Las bebidas se sirvieron en una sala de bar separada y hubo zona de fumadores en el exterior con capacidad controlada y distanciamiento físico.

Meses después del concierto de la Sala Apolo, se celebró, en marzo pasado, otro en el Palau San Jordi de Barcelona, con 5.000 personas y medias de seguridad contra el coronavirus. En aquel caso se diagnosticaron seis personas positivas, cuatro de las cuales no se contagiaron en el evento, mientras que las otras dos no se sabe dónde se infectaron.