El Papa se ha reunido en Budapest de forma privada durante 40 minutos con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, de quien le separan su beligerancia contra la migración y sus posiciones soberanistas y antieuropeas. Francisco se encuentra en Budapest para presidir una misa de clausura de un gran congreso religioso internacional.

Sin embargo, en un comunicado difundido por la sala de prensa de la Santa Sede, se excluye la cuestión de los refugiados de los temas que se pusieron sobre la mesa. Según el comunicado oficial, en la reunión se habló solo "del papel de la Iglesia en el país, el compromiso para la salvaguardia del ambiente, la defensa y la promoción de la familia".

Al encuentro también han acudido el presidente húngaro, Janos Ader, y dos responsables de alto rango de la Curia romana. La cita entre ambos era uno de los asuntos que más había atraído el foco mediático. De momento no han trascendido los detalles de la reunión, que ha comenzado a las 8.45 y ha terminado a las 9.25 horas.

Se trata de la primera reunión entre ambos, pero no tendrá carácter oficial ya que se ha desarrollado en el Museo de Bellas Artes. De hecho, el mismo Papa subrayó hace unos días en una entrevista con COPE que no sabía si se iba a encontrar con Orbán. El encargado de acoger al Papa en el aeropuerto de la capital húngara ha sido el vice primer ministro, Zsolt Semjen. El Vaticano ha remarcado que el objetivo de la visita a Budapest es clausurar el 52º Congreso Eucarístico Internacional.

Por su parte, el primer ministro ultranacionalista escribió en las redes sociales que había pedido al papa durante el encuentro que "no deje que la Hungría cristiana perezca". El mandatario de fe calvinista y que participó a la misa oficiada por Francisco con su mujer, que es católica, se ha siempre presentado como paladín de la defensa de los valores y raíces cristianos de Europa.

Se trata del primer encuentro de Orbán y Francisco, que se habían sólo saludado en un par de ocasiones en Vaticano durante las reuniones de líderes políticos cristianos europeos. Francisco ha pedido incesantemente a los gobiernos que acojan a refugiados que huyen de la miseria, sea cual sea su religión.

Sin embargo, Hungría y Eslovaquia, segundo país que el Papa visitará este domingo en un viaje de 4 días, conforman junto a Polonia y República Checa el bloque de países más reacios a la acogida de migrantes en Europa. Sus posiciones pretenden que ningún refugiado pueda pisar territorio europeo hasta que un Estado miembro le conceda asilo y que las solicitudes se tramiten en centros fuera de la UE.

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El papa Francisco retoma su agenda internacional y viaja a Hungría Video: Agencia Atlas | Foto: EP

Este criterio contrasta con el plan migratorio respaldado por la Comisión Europea que incluye una solidaridad obligatoria entre los países del bloque europeo con cuotas que repartan a los migrantes. Y también se sitúa en un plano diametralmente opuesto a la posición del Papa que ha hecho de la acogida de migrantes y refugiados uno de los caballos de batalla de su Pontificado.

El avión del Papa ha aterrizado en el aeropuerto de Budapest poco antes de las 7.45 hora local. Los periodistas acreditados en el vuelo oficial del Papa le han obsequiado con diferentes regalos. Por ejemplo, le han entregado la túnica de un cristiano que consiguió escapar de Afganistán junto a su familia y que ahora vive en Italia o el libro 'Mujeres de Afganistán', de los periodistas españoles Mónica Bernabé y Gervasio Sanchez, que pone de manifiesto que la violencia contra las mujeres en Afganistán es una violencia endémica y estructural, un problema social potenciado por la guerra, la existencia de una impunidad generalizada en el país, la falta de educación, la instrumentalización de la religión y las leyes machistas.