Cada vez que Sebastián sale a dar un paseo, pasa por la residencia San Juan de Dios de Antequera. Aunque suele caminar para evadirse, su pensamiento está dentro de esas cuatro paredes. Y es que no puede ni quiere olvidarse de su compañera y amor de vida, su ‘Remes’, aunque ella ya no le reconozca. Con 57 años, a su mujer Remedios le diagnosticaron alzheimer, una demencia senil progresiva y crónica que comenzó a mostrar indicios "antes de que nos diéramos cuenta". Letras y números mal escritos que empezaron a preocupar cuando abrieron su segundo bar en Plaza de Fernández Viaga.

Primero creyó que se debía a un problema de vista. "Decía que no veía bien las letras, que no podía escribir". Su visita al oftalmólogo fue el principio del fin. "Era un problema del cerebro". Sin perder el tiempo, el especialista les derivó al neurólogo. "Las pruebas dieron positivo. Nos confirmaron que había fallos y que empezaba a olvidar cosas".

Aunque en principio "no fue algo muy grave", iba a terapia... la demencia fue empeorando poco a poco, hasta que hace un año llegó a ser irreversible.

En los últimos 9 años, Sebastián ha dedicado plenamente su vida al cuidado de su mujer. "Ella no sabía dónde estaba, no sabía comer, vestirse ni asearse". Hasta que hace año y medio tuvo que desistir, y con el apoyo de sus cuatro hijos, la ingresó en la residencia. "Ya no me dejaba dormir, todo eran gritos y peleas conmigo. Ahora está sentada en una silla de ruedas. No nos reconoce, no sabe donde vive, no recuerda nombres". La pena más grande que tiene Sebastián es que su mujer "está fatal" con tan solo 66 años. "Si la ves, no la conoces, del deterioro tan inmenso que tiene en todo su cuerpo".

Desde su experiencia, demanda una mayor atención para los enfermos de alzheimer. "Una revisión al año para una persona que está perdiendo todas sus capacidades no es suficiente, porque cada vez está peor". Además, pasaron cinco años hasta que le volvieron a hacer un TAC para observar su evolución.

Reivindica también investigación y que se le dé mayor importancia a esta enfermedad cruel y sin escrúpulos que «cada vez padecen más personas». De hecho, en Antequera, son cerca de medio millar las que sufren esta demencia que todavía parece no tener cura. "A diferencia de otros males, el enfermo de alzheimer no puede luchar contra el problema". Además pide ayudas para que los familiares y cuidadores puedan hacer frente a los gastos derivados de los cuidados, como por ejemplo el concierto de plazas en residencias.

Uno de los últimos recuerdos felices fue cuando el antequerano pregonó la Feria de 2019 y el cantante Juan Manuel Soto le sorprendió dedicándole a Remedios el tema 'Por ella', siendo uno de los momentos más emotivos que vivieron marido y mujer. "Después de aquello el alzheimer empezó a correr cada vez más, hasta que perdí a Remes"».

Ahora que han suavizado las restricciones, puede ir con ella a dar un paseo, tocarle o darle un beso. Cuando tienen algo de contacto, Sebastián siente que ella nota algo. "Parece que la conciencia no se pierde del todo". Al igual que nunca lo hará el amor que sienten el uno por el otro y que todavía vive en sus corazones.