El Periódico Mediterráneo

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Erupción en La Palma
Juan Carlos Lafuente Teniente coronel de la Guardia Civil, jefe de operaciones

"Me ha impactado ver llorar a un agente junto a una vecina afectada por el volcán"

"Un agente perdió su casa y ha trabajado como el que más por los ciudadanos palmeros", señala el teniente coronel de la Guardia Civil

Juan Carlos Lafuente, teniente coronel de la Guardia Civil, con la fajana creada por la colada a fondo

La Guardia Civil coordina el grupo de seguridad en el dispositivo creado ante la erupción y, al igual que los bomberos o la UME, sus agentes observan con impotencia la destrucción obra de la lava. El teniente coronel Juan Carlos Lafuente destaca que la mayoría de los vecinos tiene un comportamiento ejemplar.

-¿Cuál es la función principal de la Guardia Civil en la gran emergencia de La Palma en estos días?

-Nuestro trabajo consiste en coordinar sobre el terreno la labor de unos 270 agentes de diferentes unidades de la Guardia Civil, que están encargados de trabajar en diversas acciones para ayudar a los vecinos afectados por el nuevo volcán en el Valle de Aridane y garantizar la seguridad de todas las personas que se encuentran en la zona.

-¿Y cómo califica el comportamiento de esos ciudadanos perjudicados por la erupción?

-La inmensa mayoría de los ciudadanos de El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte ha tenido un comportamiento ejemplar ante las evacuaciones, recogidas urgentes de bienes y cortes de carreteras y accesos.

-¿Por qué es el instituto armado el que se ocupa de dirigir el grupo de Seguridad ante la emergencia?

-La Dirección Técnica del Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca) asignó a la Guardia Civil la coordinación de las acciones en materia de seguridad y prevención, en la medida en que el cráter se halla en El Paso, que es demarcación territorial de nuestro cuerpo. En este despliegue seguimos las directrices establecidas por el coronel José María Tienda Serrano, jefe de la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife, y mi función consiste en planificar las acciones que llevan a cabo en la comarca nuestros agentes, la Policía Nacional, las policías locales, el Cuerpo General de la Policía Canaria y los voluntarios de Protección Civil presentes. Y, como es lógico, en última instancia transmitimos al director de la emergencia, Miguel Ángel Morcuende, las novedades, incidencias y circunstancias relevantes que van ocurriendo.

-¿Desde cuándo está dirigiendo las actuaciones en La Palma?

-Salí desde Tenerife hacia La Palma el mismo 19 de septiembre, cuando reventó el volcán. Después de ocho días en la Isla Bonita, regresé a Tenerife y desde el pasado sábado estoy de nuevo en La Palma, donde permaneceré el tiempo que haga falta.

-¿Cuáles han sido las incidencias más graves a las que se han tenido que enfrentar?

-No ha habido incidencias graves, en la medida en que, hasta el momento, no ha muerto persona alguna ni ha habido heridos de gravedad. Las acciones diarias por parte de la Guardia Civil han estado relacionadas, sobre todo en los primeros días de la salida de la lava, con la calle, barrio o pueblo que había que evacuar de forma urgente. Y, una vez desalojados dichos enclaves, las tareas consistieron en poner puntos de corte o control de carreteras y calles para que las personas no accedan a sus propiedades o se aproximen de forma imprudente a las diversas coladas.

-En general, ¿qué les afecta más a la hora de intervenir?

-Un aspecto que nos conmueve y nos duele muchísimo es decir que no se puede pasar a personas que vienen llorando y quieren acceder a sus viviendas o fincas, pero no se les puede dejar pasar porque la lava está muy cerca de las mismas. Ha sido complejo y arduo, pero es nuestro trabajo, son órdenes y las tenemos que cumplir. Cuando se comprobó que había fincas y casas sobre las que no existía un peligro inminente, se decidió que agentes de los diferentes cuerpos de seguridad y voluntarios de agrupaciones de Protección Civil acompañaran a los dueños para que recogieran enseres, medicinas y otros elementos que consideraran indispensables. En esta fase los guardias civiles de varias unidades ayudan a desalojar mascotas o diversos animales de granja, entre otras muchas cosas.

-¿Y qué otras acciones desarrollan en estos últimos días los agentes?

-En estos momentos, integrantes del Grupo de Respuesta e Intervención en Montaña (Greim) patrullan por la zona afectada y ayudan a limpiar tejados o cubiertas de viviendas afectadas por la caída de cenizas y lapilli (picón). Además, el Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil recorre las zonas de exclusión por si se hallan mascotas perdidas o sueltas, que suelen estar muy asustadas. Los animales son trasladados a los recintos habilitados por las organizaciones animalistas hasta que sus dueños sean localizados o alguna persona se comprometa a adoptarlos de forma temporal.

-Hay integrantes de la Guardia Civil que se han quedado sin viviendas, ¿no?

-La colada lo destruye todo a su paso y nosotros, al igual que los miembros de la Unidad Militar de Emergencias (UME) o de los bomberos, sentimos mucha impotencia al no poder hacer nada por parar la destrucción. Nos consta que hay ocho miembros de la Guardia Civil afectados por la erupción y ya tres de ellos han perdido sus respectivas viviendas. Los cinco agentes restantes permanecen desalojados de sus domicilios. Para ellos, además de las ayudas a las que tienen derecho los demás ciudadanos, la Unidad de Acción Social de la institución armada les brindará ayuda para aliviar la carga que deberán soportar a partir de ahora.

-¿Ha habido denuncias a personas por no respetar las normas establecidas?

-En los primeros días hubo incumplimientos, pero, por ahora, no se ha denunciado a nadie. La labor de los agentes ha sido similar a la que se efectúa en grandes incendios. Los vecinos han sido conscientes de que no los dejamos pasar por seguridad. Además, hay que destacar la labor de la patrullera del Servicio Marítimo, que, junto a Salvamento Marítimo, trabaja para que barcos de recreo, pesqueros o yates no se aproximen a la zona donde llega la lava al mar. Esta embarcación y el helicóptero de la Guardia Civil también son usados para transportar a científicos que requieren aproximarse a la fajana para hacer mediciones o sobrevolar las coladas o el cráter. También se ha acompañado a agricultores que necesitaban regar sus fincas agrarias.

-¿Cómo ha sido la coordinación con otros cuerpos de seguridad?

-La coordinación con el resto de cuerpos de seguridad y agrupaciones de Protección Civil ha sido muy fácil en el Puesto de Mando Avanzado (PMA). En ese trabajo tengo el apoyo del capitán Cervero, responsable de la Guardia Civil en La Palma. Durante las 24 horas, siempre hay un teniente de guardia para organizar las acciones en dicho recinto.

-¿Han recibido recursos materiales extraordinarios para la labor que llevan a cabo en La Palma estas semanas?

-Desde Madrid hemos recibido seis palets con recursos, como una carpa hinchable para el Puesto de Mando Avanzado, donde se instalan mesas, planos y ordenadores; mascarillas de diversos tipos, gafas de protección, grupos electrógenos y baterías para los equipos de transmisiones y las linternas.

-¿Qué imagen le ha impactado más estos días?

-Me llamó la atención ver a un agente del Grupo Rural de Seguridad (GRS), robusto y acostumbrado a episodios violentos de orden público, que se derrumbó y empezó a llorar, tras ver el dolor por el que pasaba una vecina. También quiero valorar a un guardia civil que perdió su vivienda y ha seguido trabajando como el que más para ayudar a los vecinos de La Palma.

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