La auténtica alcanza los 300 metros y domina el cielo de París. La torre Eiffel de Dénia es, claro está, más humilde. En proporciones y también en materiales. El hierro es reciclado. Así que se puede decir que esta notable réplica surge de la chatarra.

Tiene una altura de 15 metros y pesa 3.000 kilos. Eso sí, con los cuatro bloques de hormigón que hacen de peana, el peso de este mecano se va a los 10.000 kilos. Esos bloques son también de desecho. German Bellstedt, el responsable de Bell’s, el negocio de reciclaje de metal que junto a una herrería del polígono ha hecho posible la torre Eiffel dianense, se los compró a la empresa que está renovando la vía del "trenet de la Marina".

"Nos entró mucho hierro y acordamos con una firma de herrería realizar esta torre. Reproduce muy bien aunque a menor escala, claro, las proporciones del monumento de París", indicó este martes German, que tiene a la venta la réplica. Le gustaría que se quedara en Dénia. Es, desde luego, un bonito homenaje a ese hito de la ingeniería y de la modernidad construido para la Exposición Universal de 1889 de la capital francesa.

De momento, la torre de 15 metros ya concita la atención de los vecinos. Este negocio de reciclaje y compraventa de chatarra da a la carretera de entrada a Dénia desde la Xara. Está enfrente del cementerio. Cada día pasan por aquí cientos de personas. Todos se sorprenden. "Sí, es una atracción. Incluso entra gente a tomarse fotos", señaló German, que subrayó que esta pieza es un ejemplo de lo que se puede hacer con materiales reciclados. "Reciclar está de moda, pero es que es imprescindible dar una nueva vida a todo eso que tiramos".

Esta torre Eiffel representa perfectamente que la reencarnación sí existe en el mundo de la quincalla. Los hierros llegaron de una empresa dianense que fabrica máquinas para pelar y partir frutos secos. Ahora dan forma a un trasunto de una de las maravillas del mundo moderno. Bien merece exhibirse en un lugar destacado de Dénia.

Por otra parte, el dueño de esta empresa de reciclaje de metal tiene tan claro que hay que aprovecharlo todo que ha comprado las enormes vigas de acero de una carpintería industrial desmantelada para levantar una nave en su negocio.