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Crisis del coronavirus

El "paciente cero" de ómicron y el sida

Una teoría sostiene que las personas con sistemas inmunológicos muy comprometidos, y que experimentan una infección activa prolongada porque no pueden eliminar el virus, pueden ser fuente de nuevas variantes virales

Una mujer y un mural en Soweto, Johannesburgo.

Los descubridores de la nueva variante creen que pudo desarrollar su alto número de mutaciones en una persona inmunocomprometida por VIH

¿Cómo pudo desarrollar la variante ómicron más de 50 mutaciones? Una teoría sostiene que las personas con sistemas inmunológicos muy comprometidos, y que experimentan una infección activa prolongada porque no pueden eliminar el virus, pueden ser fuente de nuevas variantes virales. Así lo reconocen desde Sudáfrica los descubridores de este nuevo linaje viral, que recuerdan que muchas personas en ese país padecen una enfermedad avanzada por el virus del sida y no reciben un tratamiento eficaz.

Se calcula que en Sudáfrica la prevalencia del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), alcanza el 20% entre la población general adulta. Alrededor de 7.7 millones de personas viven con el patógeno en el país, según cifras de la organización británica Avert. No se sabe con absoluta certeza si ómicron tuvo su origen en Sudáfrica, Botsuana o algún país cercano, pero es la hipótesis que manejan los científicos.

Según relata la revista “Science”, el pasado 24 de noviembre Kristian Andersen, investigador del instituto de investigación Scripps, en La Jolla, California (EE UU), se alarmó al ver los datos genómicos del linaje B.1.1.529, posteriormente denominado ómicron por la OMS. “Mierda, eso es considerable. La longitud de esa rama...”. Andersen se refería al largo segmento de este linaje en el árbol evolutivo del virus, expuesto en la web Nextstrain. Esa rama extremadamente larga (más de un año) podría indicar un período prolongado de circulación del linaje en una zona con escasa vigilancia genómica, que no es el caso de Sudáfrica. Se trata, probablemente, del “único país africano que está haciendo ‘la tarea’ y hace un seguimiento genómico del virus”, indica en su blog MicroBioBlog Ignacio López Goñi, catedrático de Microbiología de la Universidad de Navarra y divulgador, por lo cual es improbable que ómicron circulara durante un largo tiempo por Sudáfrica sin ser detectado.

Un detalle fascinante: al contrario de lo que pudiera intuirse, ómicron no procede de delta ni de ninguna de las anteriores variantes de preocupación. Según ha apuntado Trevor Bedford, del Instituto de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson de Seattle (EE UU), la conexión evolutiva más cercana de ómicron es con virus de mediados de 2020.

La segunda explicación al alto número de mutaciones que presenta ómicron sería una evolución continua en un individuo infectado de forma crónica, en el que el coronavirus tendría un largo tiempo para acumular mutaciones antes de volver a propagarse a la población. Esta segunda hipótesis se considera más probable por los descubridores de la nueva variante y por otros expertos.

La suposición que Tulio de Oliveira, Wolfgang Preiser y otros científicos de Sudáfrica han expuesto en el portal de divulgación “The Conversation” es que “cierto grado de ‘presión inmune’ (que significa una respuesta inmune que no es lo suficientemente robusta para eliminar el virus pero que ejerce cierto grado de presión selectiva que ‘fuerza’ al virus a evolucionar) crea las condiciones para que surjan nuevas variantes.

Pese a que en Sudáfrica existe un programa de tratamiento antirretroviral avanzado para personas que viven con el VIH, miles de personas padecen una enfermedad avanzada de VIH y no reciben un tratamiento eficaz, lamentan estos científicos. Añaden que se han investigado varios casos clínicos que apoyan esta hipótesis, pero queda mucho por investigar.

Todos los científicos coinciden en que otro de los factores que ha influido en la aparición de esta variante con un alto número de mutaciones preocupantes es el escaso índice de vacunación: en Sudáfrica solo el 24% de la población tiene la pauta completa, y eso que ese porcentaje triplica la media del continente, que está en el 7%. Las vacunas permiten que se eliminen los virus antes, impidiendo que se replique en el organismo durante un tiempo prolongado y reduciendo por tanto las probabilidades de que surjan mutaciones. Que la vacunación llegue a todos los países del mundo no es solo una obligación moral, sino una cuestión de conveniencia para que no sigan surgiendo variantes preocupantes.

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