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Investigación

Ingenieros de una universidad en Vigo fabrican apósitos con nanofibras de vidrio para cicatrizar heridas crónicas

El material, cuyo aspecto y textura son similares a los del algodón, libera los fármacos de forma gradual y además se degrada por sí mismo a medida que se va curando la lesión

Antonio Riveiro y Juan Pou (1º y 2º por la izq.), con el resto de miembros del grupo LaserOn, en el Cintecx, en el campus.

Ingenieros de la Escuela de Ingeniería Industrial de la Universidade de Vigo utilizan una tecnología propia y exclusiva para fabricar apósitos sanitarios con nanofibras de vidrio bioactivo capaces de cicatrizar heridas crónicas. El material obtenido mediante este proceso, cuyo aspecto y textura son similares a los del algodón, libera los fármacos de forma gradual y además se degrada por sí mismo a medida que se va curando la lesión. El grupo LaserON (Aplicaciones Industriales de los Láseres) lidera este proyecto en el que también colaboran médicos de los servicios de Cirugía y Dermatología del Hospital Álvaro Cunqueiro, así como expertos del Imperial College London y la Universidad de Minho.

Utilizan una tecnología propia y colaboran con el Cunqueiro, Imperial College y Universidad de Minho

La metodología Laser Spinning ha sido desarrollada y patentada por los investigadores vigueses y es la única capaz de producir de forma masiva estas nanofibras evitando los inconvenientes que presentan otras técnicas, entre ellos, la generación de compuestos tóxicos.

Además, los nanohilos obtenidos superan las prestaciones de otros materiales similares que se fabrican actualmente en EE UU, tal y como pudieron comprobar in situ los ingenieros de LaserON.

Miembros del equipo LaserOn. Alba Villar

“Estos apósitos incorporan compuestos que ayudan a regenerar el tejido y a cicatrizar la herida y, en paralelo, también combaten las bacterias. Una de sus ventajas comparativas es que las nanofibras de vidrio tienen mucha superficie para incorporar y liberar los agentes bactericidas que sean necesarios en cada caso. Además se evita el cambio continuo de vendajes, ya que se van degradando a medida que cicatriza la lesión”, destaca el catedrático y director del grupo, Juan Pou.

Los apósitos bioactivos como los que fabricarán los expertos de la UVigo combinan el control del medio ambiente de la herida con un sistema de liberación de fármacos para evitar la colonización de bacterias y “activar respuestas celulares clave” en el proceso de curación.

Las heridas crónicas son aquellas que tardan más de 12 meses en curarse y afectan al 1-3% de la población mundial. Un porcentaje que aumentará en los próximos años debido a su envejecimiento. Por tanto, disponer de un nuevo tipo de apósitos bioactivos ayudará a reducir el tiempo de cicatrización y los costes para los sistemas nacionales de salud –los tratamientos de estas lesiones suponen actualmente alrededor de un 3% de los gastos totales–.

El proyecto está financiado con 121.000 euros hasta 2023 por el plan nacional de I+D y su coordinador es el investigador de LaserON Antonio Riveiro Rodríguez. Por parte del Hospital Cunqueiro, colaboran el jefe del servicio de Cirugía plástica y regeneradora, Bruno Gago, e Ignacio García Doval, del servicio de Dermatología.

“En principio, estudiaremos las posibilidades de aplicar estos apósitos en heridas de larga duración y úlceras como las que sufren las personas con diabetes o pacientes encamados. Esa es la idea principal, pero también se podría introducir este material en algunas cirugías”, avanza Pou.

Los investigadores vigueses ya han empezado la preparación de las nanofibras. Partirán de composiciones de vidrio bioactivo “con demostrada capacidad biomédica” y le incorporarán yodo en su composición para actuar como antiséptico, una aproximación hasta ahora “inédita”.

Nanofibras de vidrio bioactivo obtenidas por Laser Spinning. FV

Después se llevarán a cabo análisis de caracterización físico-química y ensayos en modelos animales para validar y certificar su biocompatibilidad, su capacidad antibactericida y la eficacia del uso como apósito.

“En los tres años del proyecto no nos va a dar tiempo de iniciarlo, pero probablemente también empezaremos a diseñar un ensayo clínico con pacientes" Juan Pou - Catedrático y director del grupo

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El equipo de expertos lo completa Julian Jones, cuyo grupo en el Imperial College es el “padre” de los vidrios bioactivos y suma años de colaboración con sus colegas vigueses. Y también participa Ricardo Pires, experto en ingeniería de tejidos del Instituto de Investigación I3Bs de la Universidad de Minho.

“Además ha mostrado su interés una empresa biomédica. Tenemos todos los mimbres para que la aplicación pueda ser rápida”, confía.

Ingeniería biomédica

La colaboración de la UVigo y los facultativos del Cunqueiro surge de las sinergias derivadas de la puesta en marcha en el curso 2018/19 del grado de Ingeniería Biomédica, el único público en todo el noroeste peninsular y cuyo coordinador es el propio Pou.

“La receptividad de los médicos desde el primer día ha sido muy buena y la relación es espectacular. También tenemos otros proyectos en marcha y estamos muy satisfechos. En general, la compenetración de los investigadores de la Universidad y el Cunqueiro es inmejorable y estamos muy satisfechos. Ya se trabajaba en temas relacionados con la ingeniería en medicina, pero ahora se plasma en unos estudios de grado, en un máster que está pendiente de verificación y también en investigación con varias tesis. Desde mi punto de vista, esto no ha hecho más que empezar”, concluye.

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