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Redes

Daniel Fernandez, el tiktoker que contagia el virus de la risa

El asturiano triunfa en plena pandemia con vídeos ágiles en los que caricaturiza consejos de “influencers” para ligar o aprender inglés

Daniel Fernández.

"Pegué el pelotazo estas Navidades”, explica Daniel Fernández, ovetense de 34 años al que muchos ya consideran como “el humorista de la sexta ola”. La fórmula del éxito del asturiano es sencilla pero efectiva: se sumerge en las redes sociales y busca 'influencers' que dan recetas para ligar, aprender inglés, comprar bien o triunfar en los negocios. El asturiano se toma al pie de la letras esos consejos, los apunta en su “libreta sensei” y trata de aplicarlos al personaje que se ha creado, un “payaso introvertido y fracasadete” para el que esas fórmulas son de difícil aplicación, y esto termina generando un cortocircuito que se traduce en risa. La explosión, el “pelotazo”, ha sido enorme. En una de las dos redes sociales en las que suele colgar sus vídeos hizo 180.000 seguidores en diez días y en la otra pasó de tener el 8 de diciembre 2.500 seguidores a estar ahora en 325.000. Daniel Fernández, que reside en el barrio de El Cristo, en Oviedo, dice tomarse su recién adquirida fama “con tranquilidad”, “viviendo el día a día”.

La búsqueda de la fórmula ha sido larga. “Siempre he estado con mis vídeos, he tenido la necesidad de crear para llegar a alguien, transmitir algo, algún sentimiento”, señala este ovetense que comenzó hace siete años con la desaparecida plataforma de vídeos cortos 'Vine': “Empecé con Isaac Corrales, éramos compañeros, pero cuando cerró yo dejé de hacer vídeos y pensé: ‘Esto resiste y mi tren pasó’”, explica. Pero pasó uno más y se dio una “mezcla de cosas”: “Hay gente que se siente identificada conmigo, luego está la gente que está confinada y ha habido un chispazo tremendo”, cuenta. Unos vídeos que, a pesar de su pequeña duración, le llevan bastante trabajo: “Tardo unas dos horas en hacer un vídeo de un minuto”.

Daniel Fernández tiene, además, unas reglas estrictas sobre cómo deben ser sus creaciones: “Es humor blanco, los vídeos son sobre mí; si no me sirven para reírme de mí mismo, los descarto”. Por eso, la acogida está siendo buena también entre los “influencers” que de alguna manera caricaturiza: “En general bien con ellos, varios me han empezado a seguir, de momento no he tenido ninguna mala reacción”. Otra de las cosas que ha logrado Daniel Fernández es ir creando su propio lenguaje, con términos como “regulinchi” que ya tienen incluso tazas y camisetas. Él, de momento, reconoce estar “encantado” con esta popularidad.

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