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Crisis del coronavirus

Ómicron exige mejores mascarillas

Los expertos aconsejan las FFP2 bien ajustadas para contrarrestar la extrema contagiosidad de esta variante

Mascarillas FFP2.

Aunque en su día fueron calificadas de “egoístas” por Fernando Simón, siempre han sido muy recomendables, pero ahora son más necesarias que nunca. Llevar mascarillas FFP2 o FFP3 en interiores es una de las principales medidas de protección que podemos tomar para protegernos contra la alta capacidad de transmisión de la variante ómicron, considerado el virus de propagación más rápida en la historia. En Italia son obligatorias en interiores públicos y el Gobierno de EEUU repartirá gratuitamente 400 millones de ellas entre sus ciudadanos. En España, sin embargo, predominan las quirúrgicas y de tela, menos eficaces pero más baratas y con un IVA superreducido del 4%.

“Vamos a distribuir gratis mascarillas de alta calidad para el pueblo estadounidense. Son importantes para parar transmisión de covid y ómicron”, anunciaba recientemente el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

Casi de forma simultánea, los Centros de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos advertían por primera vez que las mascarillas de tela –las más utilizadas en EE UU– no son tan efectivas como las otras opciones. “Lleve la mascarilla más protectora que pueda”, urgía la agencia. Los expertos de los CDC explican que las mascarillas quirúrgicas bien ajustadas son mejores que las de tela, y que las N95 –el estándar estadounidense equivalente al FFP2 europeo– ofrecen el nivel de protección más alto.

Así atrapan los virus las mascarillas FFP2

Las tiras de ajuste trasnuca –no las habituales orejeras– mejoran mucho la eficacia. Un reciente estudio señalaba que las FFP2 con tiras a la nuca dejan pasar solo un 1% del aire entrante, mientras que las orejeras dejan sin filtrar un 16%, y las de tela y quirúrgicas, de un 44% a un 71%. Las fibras de la FFP2 funcionan como una tela de araña. Su carga electrostática atrapa las partículas de aerosol microscópicas que portan los virus.

Un reciente estudio publicado en la revista científica 'Journal of Infectious Diseases' señala que las mascarillas reducen a la mitad la distancia a la que viajan los patógenos de transmisión aérea, como el coronavirus SARS-CoV-2. Según los científicos de la Universidad de Florida Central, la investigación proporciona evidencia clara de que guardar un metro de distancia con mascarillas es mejor que distanciarse dos metros sin ellas.

Como resalta el experto en aerosoles José Luis Jiménez, ingeniero y profesor de Química de la Universidad de Colorado (EE UU), siempre es mejor cualquier tipo de mascarilla que ninguna, pero lo mejor son las FFP2 bien ajustadas. El científico zaragozano subraya que las FFP2 también impiden la inhalación a corta distancia. En su perfil de Twitter, @jljcolorado, el científico zaragozano, uno de los más citados del mundo en su campo, advierte que las mascarillas FFP2 “orejeras” no son genuinamente FFP2, sino un apaño pandémico que no asegura un buen ajuste. En su lugar recomienda las FFP2 o FFP3 que tienen tiras para ajustarlas en la nuca y/o la cabeza. También las elastoméricas, que son reutilizables, aunque en España son muy difíciles de encontrar.

Un hueco del 2% de la superficie de la mascarilla deja pasar el 50% del aire sin filtrar, de ahí la importancia del ajuste. Si no se tiene acceso a comprar FFP2 por su precio, una solución es utilizar tirantes de goma para ceñir bien las quirúrgicas a la cara. En el breve tutorial en vídeo se explica en 40 segundos cómo hacerse uno mismo esas tiras elásticas: solamente hacen una plancha de goma, tijeras y una plantilla que se puede descargar de gratuitamente en la página web Fixthemask.com.

De izq. a dcha. y de arriba a abajo: Joe Bide, reina Letizia, Pedro Sánchez, Núñez Feijóo, Yolanda Díaz, Carolina Darias, Angela Merkel y Julio García Comesaña.

Disparidad de elección entre las autoridades

Las autoridades científicas lo tienen claro; las políticas, algo menos. El presidente de EE UU, Joe Biden (1), lleva mascarillas FFP2, en consonancia con su decisión de repartirlas entre la ciudadanía. En España, la reina Letizia (2) las luce siempre, sobre todo el modelo del CSIC que también ha exhibido algunas veces el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (3), aunque en esta fotografía reciente luzca una más dudosa de tela con la bandera de España. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo (4), ha comenzado a llevar una mascarilla tipo FFP2 con la flecha amarilla típica del Camino de Santiago y los logotipos de Galicia y del Xacobeo 2021-2022. Hasta ahora ha preferido mascarillas de tela con esa misma publicidad, como las que también suele llevar el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña (8). Hace casi un año, el 27 de enero de 2021, Feijóo planteó en el Parlamento de Galicia que las mascarillas FFP2 fueran obligatorias en ciertos ámbitos, como el transporte público, al tiempo que pidió al Gobierno “medidas económicas, porque la FFP2 cuesta mucho más que la quirúrgica”. Ni lo uno ni lo otro se han llevado a la práctica, y ni Feijóo ni Comesaña se han caracterizado por usar mascarillas de alta protección en sus comparecencias. Tampoco la ministra de Trabajo, la gallega Yolanda Díaz (5), que ha vuelto a la actividad tras dar positivo por covid suele llevarlas de tela con motivos decorativos. Su compañera Carolina Darias (6) , titular de Sanidad, sí suele apostar por la mayor seguridad de una sobria FFP2. Al fin y al cabo las mascarillas son elementos de protección, no estéticos, como bien sabía la hasta hace poco canciller alemana Angela Merkel (7), física de formación, y que casi siempre utilizaba las FFP2.

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