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Cambio climático

El cambio climático hará desaparecer playas en más de medio centenar de municipios

En Pontevedra, todos los concellos del litoral menos Oia perderán arenales por la subida del nivel del mar | El Gobierno cifra en 118 los ayuntamientos afectados en el norte de España

Olas superando la duna de protección levantada en la playa de Riazor (A Coruña).

“En última instancia el principal efecto del cambio climático vendrá dado por la subida del nivel total del agua”, sostiene el Ministerio para la Transición Ecológica en sus “Planes de ordenación del espacio marítimo”, un documento que se incorpora a su larga relación de trabajos sobre el impacto de calentamiento global. Según distintas proyecciones de las variables marinas, en la costa española se podrían dar subidas máximas del nivel del mar de alrededor de entre 14 y 17 centímetros hacia mediados de siglo, mientras que para finales la subida estaría en el rango de entre los 37 y 47 centímetros. Y esta evolución tendrá consecuencias para la costa gallega, con una reducción significativa de la anchura de las playas o directamente su desaparición, fenómeno que se produciría en nada menos que 58 ayuntamientos en mayor o menor grado. Pero el efecto sería más intenso en las Rías Baixas por la configuración de su costa y, según el documento del ministerio, 22 concellos de Pontevedra –todos los del litoral menos uno– se verían afectados por la desaparición de algún arenal dentro de su término municipal.

No se trata de una consecuencia que afecte solo a Galicia, sino a toda España. “Se aprecia una potencial modificación de anchura o desaparición de playas en una proporción no despreciable del total de la longitud de la costa en la demarcación”, se destaca en el documento en referencia, en este caso, a la zona noratlántica, que va desde Galicia hasta el País Vasco.

La afección en todo caso no será uniforme. Será más grave en las rías por su orografía y en los tramos urbanos de playas debido a la proximidad de las edificaciones, que limitan la extensión y anchura de los arenales mediante barreras artificiales. “La subida del nivel del mar provocará daños de diverso tipo, sobre todo en las rías y áreas más urbanizadas, dadas las condiciones de tipología coste y orografía. Y la costa artificial sufriría rebases y daños en las infraestructuras, tanto las de protección como las de otros usos”, indica el departamento de Teresa Ribera.

En un siglo se prevé que el nivel del mar se incremente en hasta 47 centímetros

El Ministerio para la Transición Ecológica ha identificado 596 playas pertenecientes a 127 municipios de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco, –de los que 74 son gallegos–, que podrían ver como retrocede el perfil de sus arenales por la subida del nivel del mar. Pero en 421 playas de 118 ayuntamientos, este retroceso será más acentuado dada su proximidad al suelo edificado y corren el riesgo de desaparecer en el plazo de un siglo precisamente por el tapón que suponen las construcciones. De hecho, el Ministerio para la Transición Ecológica señala en un mapa 58 concellos gallegos en los que aprecia “potencial pérdida total de anchura de playa debido a restricciones por suelo urbano”. Los otros 60 municipios afectados con la misma intensidad pertenecen a Asturias, Cantabria y País Vasco.

La parte gallega más afectada es la provincia de Pontevedra, pues 22 de sus ayuntamientos, todos los del litoral menos el de Oia, verían como algunas de sus playas desaparecen por el cambio climático, circunstancia debida en parte al desarrollo urbanístico pegado a la costa. El documento del Ministerio para la Transición Ecológica no detalla el número de arenales ni la longitud de los mismos. Tan solo señala los concellos damnificados.

En la provincia de A Coruña serían 31 los municipios que pasarán por la misma situación: Ribeira, A Pobra, Boiro, Rianxo, Porto do Son, Noia, Outes, Muros, Carnota, Fisterra, Muxía, Camariñas, Laxe, Ponteceso, Malpica de Bergantiños, Carballo, A Coruña, Oleiros, Sada, Bergondo, Miño, Cabanas, Ares, Mugardos, Fene, Neda, Narón, Valdoviño, Cedeira, Cariño y Ortigueira. Y en la provincia de Lugo, los concellos que perderían arenales serían los de O Vicedo, Viveiro, Cervo, Burela y Barreiros.

Inundaciones

Otras consecuencias del cambio climático son el aumento de la temperatura del agua, con las repercusiones que tendrá para la actividad pesquera y extractiva, y el incremento de la frecuencia e intensidad de los temporales marinos, con lo que se elevaría su poder destructivo. Pero no se esperan cambios significativos en el régimen medio del oleaje ni de la altura de las olas.

Sin embargo, se producirán más anegamientos de las zonas más próximas a la costa. “En cuanto a los daños a zonas residenciales y edificios de viviendas por inundación permanente debido a la subida del nivel del mar, se podría esperar este tipo de efectos. Algunos de estos municipios, además, verían afectadas de la misma forma sus dotaciones de tipo turístico, entre los que destacan los de las provincias de A Coruña y Pontevedra, así como de Asturias, por ser las zonas que mayor número de pernoctaciones presentan”, se recoge en el documento, que ya acabó su periodo de exposición pública.

Las medidas para contrarrestar estos efectos se establecerán en programas autonómicos y también en el Plan Estratégico Nacional para la Protección de la Costa, cuya conclusión está prevista para finales de este año.

Radiografía de la basura de los arenales

El documento sobre la ordenación del espacio marítimo también recoge un análisis sobre el origen de la basura que acaba en las playas. Y el resultado principal es que el 57% de los residuos es de origen “inequívocamente terrestre”, mientras que el resto de es de procedencia marina, derivados de actividades como la pesca, la acuicultura o la navegación.

Aunque la pesca en sí genera el 19% de la basura depositada en las playas –no en el mar–, el turismo es el causante del 15%, con productos plásticos usados en alimentación, colillas y ropa, que además apenas son biodegradables y, por tanto, persisten en el medio ambiente.

Las aguas residuales constituyen otro gran aporte (el 13%) y así acaban en las playas toallitas húmedas, compresas, bastoncillos de oídos o microplásticos procedentes de detergentes, cosméticos, césped artificial, pinturas o restos de neumáticos. Pero también llegan a los arenales residuos generados por las obras de construcción o demolición, por la actividad comercial y hostelera y hasta por la agricultura, como plásticos de invernadero y de abonos o tuberías de riego.

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