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Medicina

Nuevos usos del botox: para enfermos de párkinson y mujeres mastectomizadas

150 médicos rehabilitadores discuten en Alicante nuevos usos de la toxina botulínica

Imagen de uno de los talleres celebrados en el marco del congreso celebrado en Alicante.

Su uso más conocido es en el campo de la estética, para corregir arrugas. Pero la toxina botulínica, conocida popularmente como bótox, tiene cada vez más aplicaciones dentro de los hospitales y en concreto en las unidades de Rehabilitación.

Precisamente 150 médicos rehabilitadores de toda España debaten y exponen estos días en el Marq (Alicante) sobre las nuevas técnicas y tratamientos que se pueden hacer con esta toxina en el marco de las III Jornadas de Intervencionismo en Rehabilitación, que organiza el servicio de Rehabilitación del hospital Dr. Balmis de Alicante. Un encuentro que se desarrolla bajo el paraguas de la Sociedad Española de Rehabilitación.

Entre los nuevos usos que se están dando a la toxina botulínica destaca el tratamiento del exceso de saliva en personas que tienen enfermedades como el párkinson o que sufren parálisis cerebral. “La toxina se inyecta directamente en las glándulas salivares y hace que la salivación disminuya al menos durante cuatro meses, ya que de la misma manera que la toxina paraliza los músculos, también disminuye la actividad de la glándula”, explica José María Climent, jefe del servicio de Rehabilitación del hospital Dr. Balmis de Alicante.

En este centro sanitario también se emplea el bótox para tratar a las pacientes que han sido mastectomizadas debido a un cáncer de mama. “Después de la cirugía las mujeres tienen lesiones de pequeños nervios, bien por las propias cicatrices de la cirugía o porque hay nervios atrapados por el tumor y pude quedar un dolor crónicos”. La toxina botulínica también ayuda en estos casos.

En el hospital Dr. Balmis también lleva a cabo tratamientos bebés que durante el parto sufren lesiones de plexo braquial, que provoca la parálisis temporal de un brazo. “En estos casos es frecuente que el otro brazo sufra de una hiperestimulación, por lo que se inyecta una dosis pequeña para mejorar la calidad de los movimientos”.

Climent recuerda que el uso de la toxina es seguro, “siempre que se haga por profesionales expertos, con precisión y en las dosis adecuadas”.

En los servicios de Neurología el uso de este producto es también ya habitual para el tratamiento de las migrañas. También en enfermos que sufren movimientos incontrolados de cuello y para paliar la rigidez muscular -espasticidad- que afecta a las personas que han padecido lesiones del sistema nervioso central, como ictus o traumatismos.

En las jornadas celebradas en Alicante se han puesto también en común nuevas técnicas para el tratamiento de lesiones deportivas, que en los últimos años están aumentando notablemente “y al ritmo que lo hace el interés de la gente por practicar deporte”, señala el jefe de Rehabilitación del hospital Dr. Balmis. Lesiones de gemelo en corredores y jugadores de pádel, de abductor y de gemelo en personas que practican fútbol… el abanico de lesiones es enorme y también está aumentando entre los adolescentes. Unos problemas que “vienen derivados sobre todo por errores en el planteamiento del entrenamiento o en que no se estira lo suficiente”.

El campo de la rehabilitación está experimentando un avance sin precedentes en los últimos años, gracias por ejemplo a la incorporación de los ecógrafos a la consulta. “Antes era inviable porque eran aparatos muy grandes, pero ahora hasta en el móvil puedes ver la ecografía y eso ha cambiado el diagnóstico y tratamiento de las lesiones”, explica Climent, para quien disponer de esta tecnología “hace que sea como tener ojos en nuestras manos”.

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