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Erupción en La Palma

Las fisuras lejos del cono del volcán de La Palma reabren el debate sobre su inestabilidad

El vulcanólogo del CSIC, Pablo González, insiste en la necesidad de estudiar estas fracturas para reconocer precursores de futuros deslizamientos en distintos volcanes alrededor del mundo

Una de las bocas eruptivas que se abrieron lejos del cono principal.

A mediados de noviembre, el volcán de La Palma resquebrajó el terreno y abrió varias bocas lejos del cono principal, aliviando la presión magmática y evitando el colapso del edificio. La lava empezó a emanar desde el patio de una casa evacuada y las coladas tomaron un rumbo diferente, sepultando a su paso el cementerio de Las Manchas, que se había convertido en un símbolo de resistencia. Estas últimas bocas y fracturas, sin embargo, no son "normales" en una erupción monogenética y, según el vulcanólogo del Instituto de Productos Naturales y Agrobiología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IPNA- CSIC), Pablo J. González, reabren el debate sobre la posible inestabilidad del terreno de Cumbre Vieja, lo que podría derivar en un futuro deslizamiento, aunque la probabilidad de que esto ocurra sea ínfima. 

Que Cumbre Vieja pueda llegar a colapsar y crear un valle es algo que ya había sido valorado previamente. Lo teorizaron hace 20 años el vulcanólogo Juan Carlos Carracedo y el geólogo Simon Day. Day junto con el americano Steven Ward continuaron esa línea de investigación en un controvertido artículo en el que teorizaron que dicho colapso generaría un megatsunami que llegaría hasta Nueva York. Y aunque esto último ha sido cuestionado y desmentido tanto por los propios firmantes del artículo como por la comunidad científica internacional, las bases geológicas sobre las que asentaban el posible colapso no iban tan desencaminadas. "Aseguraban que en Cumbre Vieja existían indicios geológicos de inestabilidad, y las fracturas este-oeste de este volcán, que no tienen que ver con el lugar donde se inició la erupción, se añaden a esas evidencias", insiste González. 

El conocimiento que se tiene sobre los colapsos de terreno volcánico es prácticamente inexistente

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En lo que fallaron Ward y Day fue en el periodo temporal que establecieron, pues esta erupción, de 2021, ha constatado que no sería la siguiente la que provocaría el colapso. "Ellos advertían de que el colapso de Cumbre Vieja ocurriría durante la siguiente erupción que se produjera cerca de la cima, pero no ha sido así", resalta. Esta circunstancia, sin embargo, abre una nueva línea de investigación pues se desconoce qué fenómeno físico ocasionó dichas fracturas y cómo de lejos está La Palma de sufrir ese esperado deslizamiento. 

Así lo ha puesto de manifiesto Pablo González en un artículo de opinión publicado en la revista Science en el que invita a los investigadores a aprovechar esta erupción - y concretamente estas fisuras - para hallar "los precursores" que pueden originar la fractura y deslizamiento del terreno volcánico. Y es que hasta ahora, es poco o nulo el conocimiento que se tiene sobre los colapsos de este tipo de terreno aunque se sabe que son comunes en muchos lugares del mundo. "Estos deslizamientos son el origen de los valles y acantilados, los deslizamientos de mayor tamaño ocurren con menor frecuencia y los más pequeños lo hacen más veces", resalta González. 

El ejemplo más reciente ocurrió el 23 de diciembre de 2018 en Indonesia. En plena noche, las paredes del volcán Anak Krakatoa, que había entrado en erupción, colapsaron y formaron tsunami con olas de hasta cinco metros azotó las costas de Indonesia en plena noche. Murieron 400 personas. Nada se pudo hacer para evitar los daños, pues los científicos desconocían a qué señales debían estar atentos. 

En Canarias se han identificado hasta 32 deslizamientos de tierra de origen volcánico en los últimos dos millones de años

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En Canarias se han identificado hasta 32 deslizamientos de tierra de origen volcánico que han sucedido en los últimos dos millones de años, entre ellos el que dio lugar a Icod o al del valle de La Orotava, ambos en Tenerife. Algunos de ellos fueron de grandes dimensiones. El colapso del Anak Krakatoa lo provocó un deslizamiento de 0,1 kilómetros cúbicos de roca, mientras que en Tenerife, por ejemplo, hay registrados algunos de hasta 500 kilómetros cúbicos. 

Ahora, la erupción de La Palma se convierte en una oportunidad única para encontrar esas señales de riesgo que puedan ser utilizadas en lugares de origen volcánico alrededor del mundo. "Aunque el riesgo sea ínfimo, es un fenómeno que no se puede desdeñar y hay que estudiarlo", insiste el investigador, que invita a la comunidad internacional a aprovechar todo el seguimiento en tiempo real que se hizo de este volcán, así como la posibilidad de hacer trabajos de campo in situ, para arrojar luz sobre las "inusuales" fracturas. 

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