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Demografía

Asturias, el geriátrico de Europa: el peso de su población dependiente se duplicará en 2045

La estadística vaticina que en 2050 la región tendrá un jubilado por cada persona en edad de trabajar y casi la edad media más alta de la UE

Jubilados en un banco.

Asturias acaba de entrar en la segunda década del siglo XXI arrastrando una tendencia a la insostenibilidad económica que, contada con los números del padrón, detecta 43 personas mayores de 65 años por cada cien entre 20 y 64, las edades teóricamente productivas. El dato es muy malo, el más negativo del panorama autonómico y viene del pasado en peligrosa fase ascendente, pero todo puede empeorar. La proyección hacia el futuro de las negras tendencias demográficas asturianas apunta hacia una relación entre dependientes y activos que se recrudecerá, habrá duplicado la carga en 2045 –con 89 jubilados por cada cien en edad de trabajar– y llegaría al límite en 2050, con un asturiano en disposición de trabajar para “mantener” a cada uno mayor de 65.

De ese tono apocalíptico son las conclusiones de las predicciones de Eurostat. Están hechas como todas las proyecciones, contando con que nada cambia y las tendencias recientes de los nacimientos, las muertes y los saldos migratorios se reproducen sin más hacia el futuro. Pero el dato sirve como una sonora advertencia que otorga al Noroeste español una seria propensión a confirmarse en un par de décadas largas como el gran geriátrico de Europa. Alzando la vista, y abriendo el plano sobre el mapa de Europa, a día de hoy aún se ven puntos aislados, unas pocas regiones del interior de Francia y Alemania y del norte de Italia que superan el nefasto indicador asturiano de población dependiente, pero eso cambia si se avanza hasta 2050 y se ve una casi solitaria “mancha” oscura al norte de la Península Ibérica, una línea continua que contiene Asturias, León y Zamora y como mucho alguna mota más, aislada y ya muy dispersa… En el ecuador del siglo, Asturias alcanzaría una tasa de dependencia de los mayores de 65 años del 95 por ciento –el último dato cierto ronda el 43– y superaría las de todas las regiones de Europa salvo la búlgara de Smolyan, la lituana de Utena y la griega de Euritania.

De acuerdo con esta previsión, las miserias del envejecimiento colectivo en Asturias alcanzarían ahí su momento más crítico. La edad media de la población asturiana, que aún no alcanza por poco los 50 años en la actualización del padrón divulgada esta semana, llegaría a superar a los 59 en 2045 y de nuevo sólo sería rebasada por las provincias de León y Zamora en España –ninguna comunidad autónoma– y por las tres “islas” mencionadas en el confín oriental de la UE.

La estadística se aventura hasta el año 2100, y sitúa hasta ahí otras fronteras aparte de la del millón, que seguramente Asturias rebajará este año. Dibuja una región con menos de 900.000 habitantes en 2040, sitúa en torno a 2055 el descenso por debajo de los 800.000 y así sucesivamente hasta una línea de llegada en la que, es mucho aventurar, la Asturias de 2100 dejaría este siglo con unos 576.000 habitantes, caminando hacia la mitad de los que le atribuye la última revisión del padrón.

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