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Acoso escolar

El 60% de los jóvenes entre 8 y 14 años sufre acoso escolar con un repunte del ciberbullying a raíz de la pandemia

El uso de los móviles y las redes sociales hace que los casos pasen más desapercibidos para padres y profesores - Reclaman aumentar el número de psicopedagogos en los colegios para atajar el problema

Seis de cada diez niños sufren acoso escolar. PILAR CORTÉS

Lejos de reducirse, el bullying es un problema que va a más y que ya afecta a seis de cada diez jóvenes con edades comprendidas entre los 8 y los 14 años, que es donde se concentra la mayor parte de estos casos, según los datos de la Asociación Valenciana contra el Acoso Escolar aportados este lunes, día contra el Acoso Escolar. Unas cifras que “pueden ser sólo la punta del iceberg y esconder muchos más casos”, según advierte el secretario general de esta entidad, Francisco Sorolla.

Actualmente, en las aulas, conviven dos formas de acoso escolar. Por un lado, los malos tratos a través de agresiones físicas o verbales, cuyas cifras se mantienen estables en los últimos años según esta entidad, y por otro el ciberacoso, que no deja de aumentar debido al mayor uso que hacen los jóvenes de las redes sociales o las aplicaciones de mensajería instantánea.

La pandemia no ha hecho más que agravar la dependencia de los jóvenes a estas tecnologías y por tanto aumentar esta forma de acoso escolar en un 50%, señala Sorolla. El ciberbullying además provoca un daño más profundo en las víctimas que lo padecen. "Con el acoso escolar puedes llegar a darte cuenta de lo que está ocurriendo, pero el ciberbullying está mucho más oculto”, pasa más desapercibido entre los padres y los profesores. Las burlas se hacen a través de las redes sociales o grupos de whatsapp "y las víctimas se hunden cada vez más y dejan de querer conectarse o ir al colegio por vergüenza. Se hunden en depresión y estrés postraumático porque no saben qué hacer". Un problema que se agrava cuando de difunden fotos u otro tipo de material personal y en el que, a juicio de Sorolla, las políticas de privacidad de las redes sociales, "dejan mucho que desear".

El uso de móviles por parte de los jóvenes ha aumentado con la pandemia.

El presidente de la Asociación Valenciana contra el Acoso Escolar cree que los padres deben de ser conscientes del peligro que entrañan estas redes "y no deberían dejar que sus hijos tuvieran acceso a ellas hasta por lo menos 14 años". Sorolla critica que en los últimos años se ha puesto de moda regalar smartphones en las comuniones, con apenas 9 o 10 años de edad, "cuando eso es tan peligroso como dejarle las llaves de un coche a un niño de 12 años".

Respecto al perfil de los jóvenes que sufren acoso, tanto las niñas como los niños lo padecen más o menos en igual proporción. Eso sí, cambian las formas en las que se ejerce este maltrato. "Los chicos suelen valerse más del daño físico y las chicas suelen hacer más daño a través de la exclusión social o a través de las redes sociales. A ellas les afecta más el no tener amigos y ellos tienden a involucrarse más en peleas".

Menor rendimiento

El acoso escolar tiene importantes consecuencias sobre la autoestima y la salud mental de quien lo sufre, pero también sobre su rendimiento académico. Así lo revela un informe de Fundación Alternativas sobre 'El impacto del acoso escolar en el rendimiento académico en España', elaborado por los investigadores Gisela Rusteholz, economista y doctoranda en la Universitat de València (UV), y Mauro Mediavilla, profesor del departamento de Economía Aplicada en la misma universidad. Los resultados de este trabajo indican que el acoso tiene un impacto negativo en todas las habilidades evaluadas y que este efecto negativo equivaldría a la pérdida de 3-5 meses de educación formal para los estudiantes victimizados en comparación con sus compañeros no victimizados. Esto representa entre un 30% y un 50% menos de educación en el año escolar de 10 meses respecto de sus compañeros. Los autores del informe se centran en materias concretas, como Matemáticas, y destacan que un alumno acosado rinde entre 15 y 19 puntos menos que un alumno no acosado; en Ciencias, la diferencia es de entre 11,2 y 15,05 puntos negativos; y en Lectura, de entre 14,8 y 18,42 puntos.

Los autores advierten, en este sentido, de que el acoso escolar puede generar un rendimiento académico más pobre y conducir, a corto plazo, al incremento en las tasas de absentismo escolar, fracaso escolar o abandono escolar prematuro. Y a largo plazo, de potenciales pérdidas de oportunidades educativas y laborales.

Profesionales especializados

Por su parte, Enrique Castillejo, presidente del Colegio de Pedagogos y Psicopedagogos de la Comunidad Valenciana reivindica la figura de estos profesionales dentro de los colegios como un elemento indispensable para terminar con los casos de acoso escolar. "Los recursos actuales son totalmente insuficientes e impropios de un país de primer nivel como el nuestro", lamenta Castillejo. En España hay un orientador por cada 600 alumnos y sus familias, "cuando en otros países de nuestro entorno hay un profesional para cada 300 o 250 familias e incluso hay países con un profesional por cada 180 alumnos". También reclama Castillejo mayor formación del profesorado para afrontar estos problemas que surgen en los colegios. "Un médico de familia no sabe de todo, pero sí sabe derivar al paciente al especialista más adecuado. Aquí ocurre igual, el profesor tiene que ser capaz de distinguir en qué situaciones es necesaria la ayuda de un profesional".

Por último, el presidente de este colegio profesional hace un llamamiento a las familias para que se involucren en este problema. "Sólo un 10% participa en las denominadas escuelas de padres, quizá porque a veces nos dicen cosas que no nos gusta escuchar, como por ejemplo que hasta los 16 años los niños no deberían tener redes sociales porque no son capaces de gestionarlas".

Cuando se da un caso de acoso escolar existe un protocolo de actuación establecido desde la Generalitat Valenciana con medidas de intervención. En algunos casos, se recurre a la Policía Local que acudirían al lugar de los hechos para comprobar lo ocurrido.

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