La Unió de Llauradors ha denunciado las "escandalosas" diferencias de precio entre el campo y la distribución en un contexto de gran inflación, con elevados precios para los consumidores, en el que las naranjas cuestan un 1.298 % más de origen a destino y la sandía, un 511 % más.

La organización agraria, que ha elaborado un estudio en el que demuestra estas diferencias, para lo que ha escogido algunos productos hortofrutícolas y ha comparado, con datos oficiales, su precio de origen en campo, posteriormente en los mercados mayoristas (mercas) e intermediarios y finalmente en la distribución, propone una serie de medidas para que los productores no se vean siempre perjudicados.

Los datos del estudio revelan que, en ese "aumento desorbitado" de los alimentos, en un contexto de alta inflación motivada en parte por las altas cotizaciones de los alimentos y también de la energía, "los productores son los que se llevan la peor parte", según indica La Unió en un comunicado. Así, señalan que los agricultores "no se benefician ni mucho menos en la misma medida que los otros eslabones de la cadena agroalimentaria, con unas desigualdades bastante evidentes entre unos y otros" y que el aumento se produce "entre los intermediarios y la distribución".

Una diferencia de 6 a 1

Según el estudio, en el caso de la sandía, el productor percibe de media 0,36 euros por kilogramo, en la fase de intermediarios llega a los 0,93 €/kg y en la distribución se dispara hasta los 2,20 €/kg, por lo que la diferencia entre campo y distribución de la sandía es del 511 %. Teniendo en cuenta que una sandía pesa de media unos tres kilos, al agricultor le llega poco más de un euro, mientras que el consumidor paga por ella más de seis en el supermercado.

Según las fuentes, algunas cadenas de distribución importantes están lanzando en estos momentos ofertas de sandías que no llegan a los 0,90 euros por kilogramo “lo que pone de manifiesto que conforman los precios a su antojo: hace unas semanas a precio de oro y ahora lo devalúan con ofertas de descuento”.

En melón, afirman, "sucede más de lo mismo. En campo se paga de media a 0,47 €/kg, en la fase de intermediarios a 1,66 €/kg y en la distribución a 1,85 €/kg. La diferencia entre campo y distribución es del 293 %". En cuanto a las naranjas, indican que los productores, "en una campaña realmente horrorosa", han cobrado de media 0,11 €/kg, en el segmento de los intermediarios ha llegado hasta los 0,67 €/kg y en los lineales de la distribución se ha encontrado a una media de 1,49 €/kg. La diferencia entre origen y destino ha sido del 1.298 %.

Asimismo, una fruta de verano como la nectarina se ha pagado en campo a una media de 0,67 €/kg, en la fase de intermediarios a 1,75 €/kg y en la distribución a 3,44 €/kg. El diferencial entre lo pagado en el campo y lo que abonan los consumidores es de un 412 %. Según la Unió, si se compara una hortaliza de las más consumidas como la patata, se ve que el agricultor recibe de media 0,34 €/kg, en la parte de los intermediarios no sube demasiado y llega hasta los 0,53 €/kg y donde se dispara es en la distribución con 1,37 €/kg. La consecuencia es un diferencial entre origen y destino de más del 300 %.

Ante esta situación, La Unió propone el establecimiento de procedimientos públicos para el conocimiento y formación de los márgenes comerciales por parte de los diferentes agentes económicos que intervienen en la formación de los precios. También que se instaure un sistema público de elaboración de costes de producción de referencia para los contratos agroalimentarios obligatorios establecidos en la Ley de mejora del funcionamiento de la cadena alimentaria.

En este sentido, apuesta por la inclusión de una cláusula en los contratos que permita compartir los beneficios y costes generados en la cadena de valor en beneficio de los productores. Por otra parte, propone una mejor regulación de los mercados, así como vigilar y sancionar las concertaciones de precios por parte de la demanda en perjuicio del agricultor y ganadero.