Los toros de la ganadería madrileña de Victoriano del Río han protagonizado este miércoles un encierro veloz, de 2 minutos y 14 segundos de duración, el más rápido de las fiestas, y limpio, con la manada agrupada y sin lanzar derrotes hacia los mozos.

Seis personas han sido atendidas en centros sanitarios tras el penúltimo encierro de los Sanfermines, ninguno con heridas por asta de toro, según el parte provisional facilitado por los servicios de urgencias.

Hasta el Hospital Universitario de Navarra se ha trasladado a cuatro corredores, uno de ellos con una contusión sin deformidad en el brazo derecho y una contusión craneal, y otro con una contusión sin deformidad en la pierna izquierda. Además, se ha trasladado a un corredor con una herida en la región posterior de la cabeza y otro con una contusión craneal. Otros dos corredores están siendo atendidos en la enfermería de la plaza de toros. 

Los Victoriano del Río, en su undécima participación en los encierros de Pamplona, han cumplido con su fama de nobleza en la carrera, en la que los mayores momentos de tensión se han producido más por caídas de corredores o la imprudencia de alguno de ellos que por el comportamiento de los astados.

Tras los cánticos de rigor ante la hornacina del santo, la manada, en el penúltimo encierro de los Sanfermines, ha salido de los corrales de Santo Domingo encabezada por los cabestros, aunque pronto han sido adelantados por los toros. Con un morlaco negro en cabeza a gran velocidad, la torada ha cubierto el tramo de Santo Domingo y ha entrado estirada pero unida en la Plaza del Ayuntamiento, donde un astado ha resbalado, pero sin llegar a caer.

Reuters Un momento del séptimo encierro de los Sanfermines 2022.

Unos metros más adelante, en la calle Mercaderes se han producido varias caídas de mozos y uno de ellos ha sido atendido con traumatismos. Los toros han pasado por la curva de Mercaderes limpiamente, sin chocar contra el vallado, y de esta forma, a gran velocidad, han enfilado la calle Estafeta con los astados madrileños en cabeza.

Los bravos han recorrido Estafeta por el centro de la calle, con gran nobleza, sin hacer por los corredores, aunque la velocidad de los animales ha producido caídas de mozos, varios de los cuales han resultado contusionados. En Telefónica, con la manada estirada pero sin llegar a romperse, un cabestro ha tomado el mando del grupo, que se ha dirigido hacia el callejón y ha entrado en la plaza.

En la arena es donde se ha vivido uno de los momentos de mayor tensión del encierro cuando un corredor que había caído al suelo se ha levantado al llegar la manada y ha sido arrollado por uno de los astados, lo que no ha llegado a distraerlo, ya que ha seguido el camino junto a sus hermanos en dirección a chiqueros.