La nueva Ley de la Ciencia y la Tecnología, que pretende reducir la precariedad en el sector de la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i) y disminuir la carga burocrática, pasará este martes el último trámite parlamentario con su aprobación en el pleno del Senado.

El proyecto de ley saldrá de la Cámara alta sin cambios respecto al texto que se aprobó en el Congreso y previsiblemente también sin votos en contra, aunque durante su tramitación se han rechazado las más de cien enmiendas parciales que los grupos habían registrado en el Senado.

Desde las filas del PP se han criticado las "injustificadas" prisas del Gobierno por aprobar esta ley o la falta de negociación para tratar de incluir algunas enmiendas que podrían mejorar en algunos aspectos el texto que se aprobó en el Congreso.

El PSOE ha incidido sin embargo en que carece de sentido demorar más esta tramitación cuando el proyecto ha llegado con un amplio acuerdo de todos los grupos en el Congreso y ha incorporado ya numerosos cambios a propuesta de todos los partidos políticos y sociedades y organizaciones científicas.

La nueva Ley de la Ciencia y la Tecnología garantiza por primera vez una financiación pública "estable y creciente" de la investigación y el desarrollo (I+D) para converger con la media europea, y fija en ese sentido el objetivo de aumentar regularmente el gasto hasta alcanzar el 1,25 por ciento del PIB en el año 2030.

El proyecto incluye un paquete de medidas para reducir la precariedad en el sector (nuevos contratos indefinidos e itinerarios posdoctorales más estables), para retener el talento y tratar de atraer a científicos de prestigio, para reducir la carga administrativa que recae sobre los equipos de investigación, y para agilizar la transferencia de conocimiento a la economía y a la sociedad.