A plena luz del día, sentados en un banco del parque de La Marina de Zamora, una pareja de ancianos se acomodó, ajena al ajetreo de la hora punta en la que estaban, para disfrutar libremente del sexo: la mujer practica una felación ante el asombro de los viandantes.

Madres con niños, jóvenes y mayores no daban crédito a la escena que se desarrollaba ante sus ojos en este espacio de esparcimiento de la capital siempre tan concurrido. Ninguno de los protagonistas se inmutó, actuando con la diligencia que requiere un "desahogo" en tales características.

Pero algún ciudadano o ciudadana no creyó que el lugar elegido por la pareja de ancianos fuera el adecuado para dar rienda suelta a su albedrío y un agente de la Policía Municipal terminó por interrumpir el momento de éxtasis del varón.

Practicar sexo en la calle o parques, máxime, durante el día y ante menores de edad está castigado como un delito de escándalo público, al que podrían tener que enfrentarse esta mujer y este hombre que superan ampliamente los 70 años. Y es que para el sexo no hay edad.