A doña Letizia le debió pasar en su día como a George Sand cuando llegó por primera vez a Mallorca: la primera impresión no fue buena. Describió la novelista francesa en su célebre 'Un hivern a Mallorca' la idiosincracia de la sociedad del siglo XIX y a los habitantes de la isla, a los que criticaba por su carácter "duro, desconfiado". Cuántas similitudes con aquel pensamiento de la hoy Reina que siempre opinó que los amigos del Rey eran "muy pijos" y que el ambiente náutico no estaba hecho para ella. Pero así como Amandine Dupin (Sand) no acabó por enamorarse del entorno y su gente, lo cierto es que a la Reina se la ve cada vez más cómoda en una isla que va haciéndose más a sus formas y a su estilo. Con permiso de la princesa Leonor y Sofía, que ayer tenían que acaparar todos los focos en la que era su primera aparición pública, fue una vez más Letizia quien (re) conquistó Valldemossa

La Cartoixa fue el escenario perfecto para esa primera excursión de la Familia Real al completo en Mallorca, ofreciendo fotografías con la Serra de la Tramuntana como idílico escaparate que tanto luce en las imágenes que dan la vuelta a todo el mundo. Acompañados por la catedrática de Historia del Arte de la Universitat de les Illes Balears, Concepció Bauzà, los Reyes y sus hijas recorrieron el interior de La Cartoixa, detuviéndose unos minutos en el Museu Municipal, donde visitaron la imprenta Guasp y la sala del Archiduque. «Le he dicho al Rey que debe venir y dedicar varias horas a conocer todas las obras que albergamos», contó después un decepcionado Joan Oliver i Fuster, director del centro.

Más larga fue la visita a la celda número 4, donde vivió durante unos meses Frédéric Chopin y lugar donde compuso alguno de sus célebres preludios. Sonó también al piano La polonesa, justo cuando accedieron al interior del palacio del rey Sancho. En este punto tuvo lugar el verdadero baño de masas, con cientos de turistas y locales agrupados tras las vallas, con los vítores habituales y aplausos. Selfies, saludos y conversaciones que se prolongaron durante más de una hora. Los reyes y sus hijas se dejaron querer.

La Familia Real visita la Cartuja de Valldemossa

La Familia Real visita la Cartuja de Valldemossa Vanessa Sánchez / Foto: EFE

Felipe VI, perfecto cicerone 

No le era ajeno al Rey el lugar. De hecho, a su llegada, y antes de posar en los jardines, Felipe VI se detuvo a hablar con los redactores y confirmó que en más de una ocasión, siendo un niño, pernoctaba en la casa que dentro poseen los marqueses de Isasi, Jaime Carvajal y Urquijo e Isabel Hoyos y Martínez de Irujo. Con una de sus hijas, Victoria, mantuvo una relación el actual monarca siendo un adolescente de 17 años. La relación no llegó más lejos de un verano, pero en la actualidad siguen siendo grandes amigos. También reveló un detalle el Jefe del Estado, y es que tampoco era la primera vez de Leonor en Valldemossa. Felipe y Letizia, en mayo de 2005, visitaron el recinto y la reina ya estaba embarazada de la princesa. Cosas del destino. 

También la casualidad quiso que en su camino de vuelta por las calles empedradas, los reyes, Leonor y Sofía saludaron a Antonia Margarita, propietarias de Can Molinas, lugar obligado por los turistas para degustar una buena coca de patata y una horchata de almendra. Se sabe que a Marivent el ajuntament de Valldemossa, con su alcalde a la cabeza, Nadal Torres, envió recientemente una bandeja con 12 unidades del dulce emblemático de la zona. También pararon Felipe y Letizia en la tienda Son Moragues, de Bruno Entrecanales, donde el producto local es la mejor carta de presentación. Casi diez minutos estuvo conversando la Reina con los encargados, interesándose por su trabajo y las delicatessen que se podían adquirir. 

El secreto mejor guardado

A varios kilómetros de distancia, un diseñador gritaba de emoción al ver que uno de sus sueños se hacía realidad. Doña Letizia estrenó en este primer paseo una falda midi confeccionada en el tradicional tejido ikat con diseño exclusivo de Pablo Erroz y elaborado en colaboración con el emblemático taller Textil Bujosa

Completó el vestuario con las alpagartas que estrenó el pasado año, de Espardenyes Torrespendientes de Gold & Roses y bolso de la firma gallega Whittelily

La princesa Leonor optó por un look ibicenco firmado por Sfera, con cuñas de Mint & Rose, que comparte con su madre, y la infanta Sofía customizó un vestido en color rosa maquillaje de la firma Zara y unas alpagartas de estreno de la firma Polín et moi en color marrón y fabricadas en piel.

 El rey, una guayabera para pasar el calor lo mejor posible. El bochorno fue llevadero.