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Falta de lluvias

El avance de la sequía en el Tajo amenaza con parar la agricultura a partir de enero

El trasvase se ha recortado desde junio, los agricultores están consumiendo reservas de la primavera y las desaladoras no están aún preparadas para cubrir la falta de agua de riego en caso de restricciones si no llueve en otoño

El embalse de La Pedrera,en la Vega Baja, tiene 82hm3, al 33% de su capacidad. Tony Sevilla

El avance imparable de la sequía en España y, en concreto, en la cuenca alta del Tajo, cabecera desde la que parte el trasvase Tajo-Segura ha encendido todas la señales de alarma en el campo alicantino, donde la situación actual es de tranquilidad porque hay agua almacenada, pero con un futuro más que complicado, sobre todo a final de año y principios de 2023, cuando si no hay agua no se plantará la cosecha de hortalizas de primavera y verano. El problema llega porque ya nadie duda ya en España de que si no llueve el próximo otoño -el secretario de Estado de Medio Ambiente Hugo Morán lo ha apuntado esta semana- habrá restricciones para el regadío, ya que el abastecimiento urbano tiene prioridad. Recortes que ya han empezado en el trasvase Tajo-Segura en forma de merma mensual con lo cual los agricultores están tirando de las reservas de la propia cuenca del Segura. Estas se acabarán a final de año y no podrán ser cubiertas ni con el agua desalada en Torrevieja, debido a que el caudal para abastecimiento urbano tiene prioridad.

A esto se une el futuro aumento del caudal ecológico del río Tajo hasta los 8 m3 por segundo. Al margen de los efectos colaterales y coyunturales de la sequía, el descenso del agua a llegar hasta la provincia será ya de 105 hm3 desde el próximo enero. El problema también afecta a los regadíos tradicionales, los agricultores que solo tienen agua si baja por el Segura.

La reserva de agua en los embalses de la cuenca del Segura ha caído 7 hectómetros cúbicos (hm3) en la última semana y queda al 40,4 % de su capacidad con 460. La falta de lluvia ha provocado la undécima semana consecutiva de caída en la reserva de agua en España, con un descenso de 832 hm3 equivalente al 1,5 %, por lo que los embalses se encuentran al 40,4 % de su capacidad total, con 22.689. Los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico reflejan que la lluvia ha sido escasa en toda España.

Las cuencas en peor estado son la del Guadalquivir (24,7 %), seguida por la del Guadiana (26,2 %) y la de Guadalete-Barbate (28 %).Por el contrario, aquellas que se encuentran en mejor situación son las cuencas internas del País Vasco (81 %), el Cantábrico Oriental (74 %) y Tinto, Odiel y Piedras (70,7 %).

La prolongada ausencia de lluvias y las altas temperaturas están obligando ya a varias comunidades autónomas y ayuntamientos de toda España a imponer restricciones en el consumo de agua, especialmente en Galicia, Cataluña y Andalucía, mientras los pantanos se encuentran al 40,4% de su capacidad. Cortes de suministro nocturnos, cierre de duchas en las playas, y prohibición de regar, llenar piscinas y lavar coches son algunas de las medidas restrictivas puestas en marcha por los gobiernos autonómicos y municipales, y con las que buscan garantizar el abastecimiento de agua para el consumo humano, que, en algunos casos, ya ha tenido que ser limitado.

Mientras, sin embargo, la buena reserva de agua que tienen los embalses de Entrepeñas y Buendía en pleno avance de la sequía con un total de 535 hm³ -descontados los 54,3 hm³ que aún faltan por trasvasar de aprobaciones anteriores-, posibilitan que el Ministerio para la Transición Ecológica sí tenga este mes agua de sobra con un “colchón” de 134 hm³ trasvasables al margen de la reserva de los 400 hm³ a partir de que se corta el acueducto.

No obstante, los agricultores piensan que una vez más, y pese a que por ley les corresponden hasta 20 hm³, la ministra Teresa Ribera impondrá el “rodillo” de la prevención por el avance de la sequía y solo se apruebe un trasvase para abastecimiento urbano. En la memoria, el pírrico trasvase de julio, cuando solo aprobaron 13 hm³, de los que solo 5,5 hm³ fueron para regadío, de los que, además, solo un 20% llegan a la agricultura de la provincia.

El Ministerio ya apuntó el mes pasado que la situación del sistema de explotación del trasvase es la correspondiente al nivel 3, referida a situaciones hidrológicas excepcionales, por lo que se podría autorizar un trasvase de forma discrecional pero motivada, de hasta 20 hectómetros cúbicos. El sistema se mantendrá en situación hidrológica excepcional hasta diciembre. La situación ahora mismo no es mala porque debido al agua del Tajo que se debía llegaron de otros trasvases 51 hm³, con lo cual ha reserva y se está plantando. Sin embargo, los agricultores temen que si el Ministerio para la Transición Ecológica.

Mapa con con la reserva hídrica en España. Información

La Comisión de Desembalse de la Confederación Hidrográfica del Tajo ha acordado, por otro lado, una serie de propuestas para el año hidrológico 2022-2023 que, entre otras, influye a los embalses de más de 50 hectómetros cúbicos de capacidad que no se destinen a abastecimiento de población o usos agropecuarios, es decir, para generación hidroeléctrica, con el fin de garantizar la explotación racional de los recursos hídricos, en este contexto de sequía. La medida afecta, en concreto, a los embalses de Azután, Valdecañas, Torrejón-Tajo y Alcántara, la mayor parte de ellos en Extremadura, en el curso bajo español de este río internacional compartido con Portugal y cuyos usos principales no sean ni el abastecimiento, ni el regadío ni usos agropecuarios.

Las tierras de cultivo han caído en picado en un 23% (178.500 a 136.600 en 2021), mientras que las destinadas a pastos y el terreno forestal se han incrementado en un 22% y un 19% respectivamente, según el Informe del Sector Agrario de 2021. Cada vez menos campo agrícola activo y más superficie abandonada.

José Vicente Andreu, presidente de Asaja-Alicante recordaba hace un par de semanas que el cambio climático es otro factor agravante de la agricultura , que alterna períodos de sequía con aguaceros torrenciales atípicos en la provincia. Este año perjudicaron en marzo y abril una gran parte de las cosechas. Como ejemplo la cereza. Un cultivo clave de la economía local que acumula cuatro campañas consecutivas nefastas. Centenares de cooperativistas de las comarcas del interior de la Marina Alta y la de El Comtat con el futuro comprometido.

Menos aceitunas

Por otro lado, las primeras estimaciones de LA UNIÓ de Llauradors, tras consultar por las diversas zonas productoras, indican que la cosecha de aceitunas de la Comunidad Valenciana podría sufrir una merma considerable de alrededor del 75% con relación a la del año anterior. La bajada del volumen productivo es generalizada en la mayor parte de las zonas, aunque destacan las comarcas de Castellón con un 85% menos, las de Valencia con el 74% y las de Alicante, que es donde en principio menos descenderá, con el 68%.

Con esta gran merma, la previsión de la organización agraria es que los productores dejen de ingresar una cifra cercana a los 70 millones de euros. En las comarcas de Valencia serían 25 millones de euros menos los que percibirían los olivicultores, 22,6 millones en las de Castellón y 21,9 las de Alicante.

La combinación de adversidades meteorológicas durante el primer semestre de este año es la causa fundamental de ese gran descenso de la producción previsto para este año. Las lluvias de la primavera, sobre todo en abril, o el pedrisco y las elevadas temperaturas de mayo han provocado masivas defoliaciones por hongos en los árboles y a su vez las heladas, frío y lluvias persistentes que hubo provocaron la falta de floración o cuajado con la consiguiente merma de la cosecha.

En este sentido, desde LA UNIÓ se insta a incentivar la contratación de la línea de seguro del olivar que tiene una baja implantación y para ello pide una bonificación por parte de Agroseguro del 10% para todas las personas aseguradas que contraten por primera vez y así mismo que la Conselleria de Agricultura subvencione hasta el máximo autorizado por la Unión Europea los seguros agrarios para todas aquellas personas agricultoras profesionales.

Además, LA UNIÓ recuerda que ya ha propuesto tanto al Ministerio de Agricultura como a la Conselleria de Agricultura una nueva ayuda agroambiental, dentro del Plan Estratégico de la PAC que entrará en vigor el próximo enero, para los cultivos de secano de la Comunidad Valenciana: olivar, frutos secos, viña y cereal, debido a la importancia que tienen para la actividad económica de las zonas de interior, en riesgo de despoblación, y que por sus características son menos competitivas que las zonas de regadío. Con ello aboga por dar una ayuda adicional de 100 euros/hectárea para que realicen prácticas beneficiosas para el medio ambiente como la lucha biológica contra plagas y enfermedades de cada uno de estos cultivos o prácticas sostenibles para el cultivo.

Cabe resaltar también que a esta reducción de producción y descenso de ingresos en la producción del olivar de la Comunitat Valenciana hay que sumar las malas perspectivas para la almendra, por lo que nos encontramos ante uno de los peores años para las zonas de secano de interior por la mala situación de dos de sus cultivos más importantes.

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