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Avance científico

'Resucitan' los órganos de un cerdo una hora después de su muerte

Un equipo de científicos logra restaurar algunas funciones moleculares y celulares en tejidos de animales muertos | La herramienta podría utilizarse, en un futuro, para mejorar la disponibilidad de órganos para trasplantes

Cerdos de una granja a las afueras de Hanoi, en Vietnam, en una imagen de archivo. Reuters

Un equipo de científicos de la Universidad de Yale ha conseguido 'resucitar' los órganos de un cerdo una hora después de la muerte del animal. Según anuncia este miércoles la revista 'Nature', los investigadores han desarrollado un sistema capaz de restaurar algunas funciones moleculares y celulares en tejidos hasta entonces considerados muertos. Hoy por hoy, este logro se presenta como un éxito científico pero, según apuntan los expertos, en un futuro podría utilizarse para mejorar la disponibilidad de órganos para trasplantes o para tratar a pacientes que han sufrido infartos, paradas cardiorrespiratorias o derrames cerebrales.

Para entender este logro científico hay que empezar desde el principio. Cuando un órgano deja de recibir sangre (y se queda, por lo tanto, sin flujo de oxígeno), las células que forman el tejido se ven expuestas a una cascada de procesos moleculares perjudiciales. Cuanto más tiempo pase un órgano sin oxígeno, mayores son los daños que puede sufrir. Cinco minutos sin riego sanguíneo son suficientes para provocar la muerte de algunas células y causar daños irreversibles en el tejido. Si el proceso se alarga aún más, el organismo muere.

Esta premisa ha sido, hasta ahora, la que ha marcado la línea entre la vida y la muerte. Si la sangre circula, el órgano está funcional. Si el flujo se interrumpe, el órgano muere. ¿Pero qué pasa si conseguimos restablecer la circulación en un tejido inerte? Resulta que no es tan sencillo. Restaurar 'a lo bruto' la circulación de oxígeno en células muertas, por paradójico que parezca, causa todavía más estrés y daño en los órganos (algo que, técnicamente, se conoce como lesión por reperfusión o reoxigenación). Hace décadas que científicos y médicos de todo el mundo estudian cómo restaurar la función de estas células y recuperar así el 'latido' de los órganos.

Comparativa entre un organismo tratado con ECMO y uno tratado con OrganEx. En el primero, se puede ver cómo el sistema no logra restablecer el flujo en todos los órganos. En el segundo, en cambio, se pusede ver que la sangre llega a más venas y arterias. NATURE (2022)

El logro presentando este miércoles es, de hecho, una respuesta a este reto científico. Según explica el equipo de investigadores que ha liderado este trabajo, la herramienta que han desarrollado permite "preservar la integridad de los tejidos", "disminuir la muerte celular" y "restaurar procesos celulares" en múltiples órganos vitales como el corazón, el cerebro, el hígado y los riñones. El sistema, bautizado como OrganEx, también se presenta como una alternativa más eficaz respecto a los mecanismos utilizados hasta el momento, como el caso de los ECMO.

La herramienta logra la restauración de la función normal de las células de riñón, corazón e hígado de los cerdos

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Un análisis comparativo entre ambos sistema, de hecho, muestra que OrganEx es capaz de devolver el riego sanguíneo a zonas donde las anteriores herramientas no llegan. En el caso de esta nueva técnica, incluso se observa una "activación de mecanismos genéticos relacionados con la reparación celular y la restauración de la función normal de las células de riñón, corazón e hígado de los cerdos", explican los investigadores responsables de este trabajo en el estudio publicado en 'Nature'.

¿Qué aplicaciones tendrá?

El logro presentado este miércoles es obra del mismo equipo científico que en 2019 consiguió restaurar y preservar algunas funciones y estructuras celulares en el cerebro de cerdos que habían sido decapitados cuatro horas antes. Ya entonces, ese avance se presentó como una verdadera revolución científica. Porque, aunque técnicamente el cerebro del animal seguía muerto, el hecho de recuperar algunas conexiones neuronales abrió la puerta a detener el proceso de deterioro celular que, hasta ahora, se ha considerado como sinónimo de muerte del tejido.

¿Significa esto que estamos más cerca de revertir la muerte celular? ¿O de 'resucitar' órganos? La respuesta es no. Al menos no a corto plazo. Según explican varios expertos a través de la misma revista 'Nature', el éxito de este experimento debe ser corroborado por otros estudios. Después, para que este tipo de herramientas se puedan aplicar en la práctica clínica, estudiar la eficacia y la seguridad de este tipo de herramientas en pacientes en situación crítica. Porque, aunque el parecido genético entre especies es más que sorprendente, cerdos y hombres no son lo mismo.

"El principal beneficio de OrganEx podría en ciertos tipos de donación de órganos"

Robert J. Porte

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Según explica el doctor Robert J. Porte, de la unidad de cirugía del Hospital Universitario de Groninger, "este estudio tiene el potencial de conducir a nuevas estrategias de tratamiento para las personas que sufren un ataque cardíaco o un derrame cerebral". El sistema, además, podría utilizarse en pacientes cuyo corazón ha dejado de latir (y que se declaran en situación de muerte circulatoria) para preservar sus órganos para trasplantes. "El principal beneficio de OrganEx podría en ciertos tipos de donación de órganos", comenta Porte en un análisis publicado en la revista 'News and views'.

Mucho antes de que esta herramienta se convierta en una realidad, ya hay voces que piden abrir el debate ético alrededor de su uso. Sobre todo porque, tal y como demuestran los datos actuales, el uso de este tipo de herramientas de vanguardia se suele limitar a los hospitales más pudientes de cada región. "Independientemente de dónde se pueda usar OrganEx en humanos algún día, investigadores, médicos y legisladores deben tomar medidas para garantizar que no sea el código postal de alguien lo que determine si sobrevive gracias a métodos de reanimación o si se convierte en donante de órganos", comenta Brendan Parent, experto en ética de trasplantes de la Universidad de Nueva York.

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